El Plan Director de Carreteras de Galicia, que planificará hasta 2020 todas las actuaciones en la materia, prevé la inversión de 16.000 millones de euros, y su repercusión en la economía gallega se traducirá en la creación de unos 28.000 empleos así como un aumento adicional del PIB en un 1,4 por ciento anual.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y la conselleira de Política Territorial, María José Caride, presentaron hoy este diseño de las actuaciones territoriales para doce años que, según el jefe del Ejecutivo gallego, supone la "más ambiciosa apuesta" por la modernización de Galicia y de su modelo productivo.

Así, el presidente destacó que este plan de carreteras tendrá repercusión en la economía, de modo que incrementará la producción en todos los sectores en 21.000 millones de euros, 1.800 al año, y vaticinó que generará un crecimiento del 1,4 por ciento del Producto Interior Bruto adicional anual.

Pérez Touriño sostuvo que este plan constituye "la más ambiciosa apuesta por la modernización del país" y un programa "transformador" de la autonomía y, entre sus características, destacó que modifica tres cuartas partes de la red autonómica de carreteras; elimina todos los tramos de concentración de accidentes y reduce a la "mínima expresión" las travesías.

Para el jefe del Ejecutivo, este plan constituye un factor "estratégico" de desarrollo regional, que "cobra más valor" en momentos de dificultad o desaceleración, por lo que se traduce en un "mensaje de confianza" en la capacidad de Galicia para crear empleo y riqueza y también supone una apuesta por la "solidaridad" y la cohesión y reequilibrio territorial.

El presidente destacó que el impulso de la actividad económica derivada del plan será "decisiva", ya que mejorará la competitividad económica de Galicia.

La inversión total prevista de 16.000 millones de euros corresponderá a partes iguales al Gobierno gallego y al Ministerio de Fomento, y define un total de 662 actuaciones concretas de la Xunta sobre el 74 por ciento de la red autonómica.

Entre los objetivos previstos figura mejorar la comunicación de Galicia con las regiones limítrofes, así como la accesibilidad a los puertos aeropuertos y redes de ferrocarril.

El plan trata, además, de situar todo el sistema de asentamientos poblacionales a menos de treinta minutos de una vía de altas prestaciones. Otro de sus objetivos es descongestionar el acceso a los contornos urbanos y, de acuerdo con el plan gallego de seguridad vial, reducir en un 40 por ciento el número de fallecidos en carretera además de un 16 por ciento los tiempos de viajes.

Tanto Touriño como Caride también insistieron en que el plan trata de separar la movilidad de los peatones de los vehículos y los tráficos de largo recorrido de los desplazamientos cortos.

Según los datos aportados del plan, la red de altas prestaciones se incrementará en 1.300 nuevos kilómetros, tres veces más que hasta ahora, de los que 52 actuaciones en 728 kilómetros corresponden a Fomento y 631 al Gobierno gallego.

En este tipo de carreteras, Fomento invertirá 5.306 millones y 2.576 la Xunta. Entre las actuaciones a desarrollar hasta 2020 figuran, como conexión exterior, la autovía Santiago-Vilalba, tercera de conexión con la Meseta a Ponferrada; a Portugal desde Verín (la A-75); la autovía A-52-Plisan-Portugal y la autovía Tui-Goián-Portugal.

Respecto a las conexiones entre áreas urbanas, el plan diseña las vías Lugo-Ourense; Lugo-Santiago; Santiago-Ourense; Pontevedra-Vigo-Porriño y la conversión en autovía de la N-550.

El diseño de carreteras de la Xunta también prevé que todas las rías estén comunicadas por vías de altas prestaciones y que estén comunicados todos los sistemas urbanos intermedios, los de Nadela-Sarria-Monforte; Ferrol-Vilalba; Santiago-A Estrada; Caldas-A Estrada-Silleda; Ourense-Celanova; Tomiño-Gondomar; Lalín-Chantada-Monforte y la AG-53-O Carballiño.

El plan de carreteras, igualmente, prevé la conexión de todas las cabeceras comarcales entre sí con la red de altas prestaciones; la creación de nuevos itinerarios, la construcción de variantes y la desaparición de travesías, de forma que sólo queden el cinco por ciento de las existentes.