Un nuevo puente sobre el río Miño comunicará los municipios de Crecente (Pontevedra) y Cortegada (Ourense). El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y la conselleira de Política Territorial, María José Caride, inauguraron ayer esta infraestructura que sustituirá a un antiguo puente, muy estrecho y con limitaciones de tonelaje.

La nueva obra, que costó 7,5 millones de euros, tendrá dos carriles de 3,5 metros de anchura y arcenes de 1,5 metros. Para respetar el entorno natural en el que se asentó este puente se utilizó en su construccion un novedoso procedimiento para evitar que los pilares se apoyasen sobre el lecho del río causando posibles daños ambientales.

El puente tiene una longitud total de 250 metros y tiene dos pilares de 181 metros que se apoyan en los márgenes del río, uno de ellos giratorio.

Tras colocar los pilares, el siguiente paso en la construcción del puente fue instalar la plataforma que sustenta el vial y que se realizó mediante "un lento y complejo proceso de ingeniería" ya que se trataba de una única pieza, un cajón de acero prefabricado de 86 metros y un peso de 230 toneladas.

Esta plataforma fue montada en tierra, se le colocaron cuatro flotadores y se echó al río con dos grúas. Dos embarcaciones guiaron la estructura por el Miño a lo largo de seis quilómetros.

"Fue construida con tecnología propia y echando mano de la imaginación", explicó Touriño. Caride anunció además que están en marcha otros tres nuevos puentes sobre el Miño en diferentes puntos.

El presidente aprovechó ayer además para anunciar que el próximo lunes se dará a conocer el Plan Director de Carreteras, que prevé triplicar la red de alta capacidad en Galicia. Sólo este año se pondrán en marcha ochenta kilómetros de autovías libres de peaje en Galicia.

El alcalde de Crecente, Julio César García-Luengo, se quejó, sin embargo, ante Touriño de que la Xunta no está poniendo los medios necesarios para frenar la despoblación del rural.