El abatimiento y el hastío se reflejaban hoy en los rostros de los marineros españoles del "Playa de Bakio" instantes antes de subir al Boing 707 de las Fuerzas Aéreas en el aeropuerto internacional de la capital de las islas Seychelles.

Sin ganas de conversar y sonrisas forzadas, los ocho pescadores gallegos y cinco vascos secuestrados el pasado día 20 frente a las costas de Somalia y liberados el 26, han pasado un reconocimiento médico antes de tomar el avión y les han ofrecido tranquilizantes para calmarse.

El Boing 707 hará una escala técnica en El Cairo o Luxor para repostar combustible y se dirigirá a la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde llegará entre las tres y las cuatro de la madrugada hora española.

Descansarán la noche en Madrid y después tomarán un avión regular con destino a sus respectivas ciudades de origen.

Minutos antes de despegar, un pescador se lamentaba a EFE de que ocurran estos sucesos y reclamaba al Gobierno una mayor protección para los pesqueros españoles que faenan en aguas peligrosas.

En declaraciones a EFE, el patrón de costa, Ignacio Abal, relataba cómo el proyectil de un lanzagranadas lanzado por los piratas somalíes entró por una de las portillas (ventana) del buque, atravesó por babor todo el puente de mando y salió por estribor.

El disparo ha dejado su huella en el casco del barco, recuerda el marinero, que no quiere ni imaginar qué habría ocurrido si alguno de ellos se cruzan con la trayectoria del proyectil.

La noche del secuestro a 250 millas de la costa somalí, el radar del pesquero detectó "ecos falsos", los que son producidos por el oleaje del mar y pueden ser confundidos con el movimiento de una pequeña embarcación, como la empleada por los piratas, de ahí que no saltara la alerta, añade.

El estrés, la tensión y la angustia afectó a todos los ocupantes del "Playa de Bakio", aunque de modo distinto.

Algunos han llorado, muchos sentían un fuerte malestar o intensos dolores de cabeza, caso este último de Abal, que recuerda con nitidez los gestos amenazantes de los piratas.

"Había que obedecerlos en todo y te hacían la señal de cortarte el cuello", apunta a EFE el patrón de costa, que como el resto de sus compañeros tomarán ahora un pequeño descanso y luego regresarán de nuevo a su trabajo en la mar.

El "Playa de Bakio" llegó esta mañana al puerto internacional de Victoria, escoltado por la fragata de la Armada española "Méndez Nuñez", después de siete días de secuestro y tres días de travesía hasta las Seychelles.

Uno de los marineros de la fragata, que estuvo a bordo del atunero, ha explicado a EFE que los pescadores se encontraban muy cansados, pero sobre todo muy agradecidos por el apoyo que le ha prestado el buque militar durante los 1.600 kilómetros que separan las islas Seychelles del punto geográfico en el que fueron liberados.

Durante la travesía la "Méndez Nuñez" también ha contado con la ayuda desinteresada de petroleros estadounidenses para repostar.