- El año pasado se mostraba confiado en la evolución de la justicia. ¿Los datos de 2007 confirman ese pronóstico?

- Tenía un criterio positivo y esperaba que mejorase, pero por desgracia, no mejora todo lo que sería necesario. En el Tribunal Superior la Sala de lo Social tiene unos 10.000 asuntos de pendencia y la de lo Contencioso-administrativo alrededor de 11.000. Ahí hay una bolsa de atraso elevadísima que hay que resolver. Con relación a los demás juzgados habrá que ver cómo van evolucionando y esperar a tener todos los datos concretos. Pero el atraso tiende a aumentar porque se incrementa el número de asuntos y la pendencia, especialmente en ejecución, cada vez es más elevada. Por eso sería necesario crear juzgados específicos que se encargasen de ejecutar estas sentencias.

- Por segundo año consecutivo la bolsa de casos sin resolver vuelve a incrementarse...

- Echamos en falta medios personales y materiales. Y no sólo jueces, sino también funcionarios porque las plantillas de algunos juzgados son cortas e insuficientes. A veces incluso se cubren las plazas con interinos que en su vida han pasado por un juzgado. Por otra parte, el sistema de provisión de vacantes es muy poco ágil. Un funcionario causa baja y pasan tres, cuatro o más meses sin que se cubra esa plaza. Consecuencia: un juzgado que a lo mejor estaba al día se puede ir al garete. El tema de los refuerzos funciona bastante regular. La Sala de lo Social se ha pasado un año sin ninguno a pesar de tener casi 10.000 asuntos pendientes. Para que un juzgado vaya bien necesita una plantilla racional que dé respuesta a lo que se registra, y si hay una pendencia: o se adoptan medidas excepcionales de refuerzo o se aumenta muchísimo la plantilla. Los refuerzos son sólo pequeños parches que van mordiendo la bolsa de atraso pero no la eliminan. Por tanto: más medios materiales, jueces, funcionarios y buenas instalaciones. Hace falta coger el toro por los cuernos y resolver los problemas.

- ¿Cuántos juzgados necesita con urgencia la comunidad?

- Lo previsto para este año es claramente insuficiente. Se propusieron 22 plazas y se van a crear siete. En 2008 trataremos de pedir todo lo que se necesita, que serán más, pero vamos a ver lo que se crea. Juzgados pequeños como Tui, Sarria o Vilagarcía necesitan un nuevo juzgado de primera instancia e instrucción. También en A Coruña se precisa un juzgado de instrucción y otro de lo social. En Vigo y Ferrol algún juzgado más, posiblemente de lo social porque hace tiempo que no se crea ninguno. Lo ideal sería que, como mínimo, se crearan 10 ó 12 unidades judiciales pero no creo que el Ministerio esté dispuesto.

- El conselleiro de Presidencia cree que la situación mejoraría si la Xunta tuviese competencias...

- Yo estoy es en contra de cómo está ahora: falta coordinación. Hay un Ministerio de Justicia, un Consejo y una Consellería, pero yo sería partidario de que todo esto estuviera más coordinado, o al menos que hubiera sólo un organismo que se encargara de todo. No veo mal que se transfieran más competencias pero siempre y cuando le den la dotación presupuestaria.

- Los jueces también se quejan de descoordinación y reclaman medios materiales y técnicos. ¿Cuándo podremos decir que la justicia gallega está plenamente informatizada?

- El tema de la informática es fundamental. Sería necesario un sistema informatizado que funcionara como el de Hacienda o la Seguridad Social y que los datos que manejan jueces, Fiscalía y policía pudieran cruzarse porque sé que los problemas que tienen muchos juzgados gallegos es que falla la informática.

- Un estudio del Poder Judicial revela que Galicia tiene la plantilla de jueces menos estable. ¿Cómo repercute esta movilidad en los juzgados?

- Ése es otro problema serio. Lo ideal es que un juez ocupe una plaza y se mantenga en ella durante un tiempo prudencial. En ese sentido un caso paradigmático es el juzgado número 1 de Corcubión, por el que han pasado en los últimos años hasta cuatro jueces y una sustituta. La falta de estabilidad perjudica mucho a un juzgado.

-Estabilidad le falta también a usted, después de dos años ocupando en funciones la Presidencia del TSXG...

-Tengo entendido que la decisión va a quedar ya para el nuevo Consejo. Pero en 2008 seguro que se resuelve.

- ¿Desearía repetir?

-No, porque en 2009 me jubilo. Y a estas alturas, con la mitad de un mandato cumplido, espero que me dejen en el cargo. Como colofón a mi carrera me gustaría poder jubilarme como presidente ya nombrado.

-El caso de la niña de Huelva Mari Luz Cortés ha reabierto el debate sobre la lentitud de la justicia. ¿Sobre quién recae la responsabilidad de un caso así?

-En estos casos el cabeza de turco siempre es el juez. Pero yo creo que interviene el juez, el secretario, el fiscal y también la Administración. Falla el sistema.

- La relación entre el gallego y la justicia no mejora. La CIG ha elevado ante el Poder Judicial dos quejas contra magistrados por su actitud ante la lengua gallega.

-Yo soy partidario de que se fomente, se extienda y se generalice el uso del gallego a nivel autonómico y en la justicia, pero no que se imponga el uso de un idioma u otro. Cada cual puede utilizar la lengua que crea más oportuna. Pero tampoco veo bien que haya jueces, y los hay, que se opongan a que un ciudadano se exprese en gallego. El juez tiene la obligación de escucharle y debe entenderle o, con arreglo a la ley, hacer que le acompañe un traductor.