Angelines Mariño, esposa del patrón de pesca, fue la primera en tener noticia de lo que ocurre dentro del barco a través de la breve conversación que mantuvo con su marido el pasado lunes por la tarde. Ayer por la mañana volvía a oir su voz al otro lado de la línea. "Sonaba más tranquilo", explicó la mujer del marinero, quien sin embargo dijo seguir "bastante angustiada" por la situación que vive su pareja. "Volvió a repetir que se encontraban todos bien, que les están tratando bien y que confía en que todo acabe pronto", aseguró Angelines, que sigue con atención, junto al resto de la familia, cualquier noticia relacionada con el secuestro.

La avidez por saber más de lo que ocurre en el barco, que su marido le confirmó que "ya está fondeado" frente a la costa somalí, acrecienta su nerviosismo. "La casa armadora nos dice que todo va bien y que están negociando con los piratas, pero hasta que le vea en casa no dormiré tranquila", explicó. "Desde la Xunta, el Gobierno y la propia empresa nos tienen al tanto de todo; dicen que están trabajando mucho para resolver la negociación cuanto antes", apuntó.

María Silva Martínez, la madre del marinero de Campelo, no se separa del teléfono desde que ayer recibió la llamada de su hijo. "Foi ás sete e cuarto da mañá, a verdade é que non o agardaba", confiesa la mujer. Jesús Alvar contó a su madre que se encontraba bien y que esperaba ser liberado "hoxe mesmo". María no supo si realmente lo creía o si simplemente lo comentaba para tranquilizarla. "Díxome que non me preocupara, eu atopeino calmado, como é el, un pouquiño tímido", explicó. Le informó de que estaba con sus compañeros en el interior del atunero, atracado en el puerto. "Eu aproveitei para pedirlle que me chamara outra vez en canto puidera, pero quen sabe cando será", manifiesta esta vecina de Campelo.