Pese a todo el alboroto que han generado los botellones, no se trata de una práctica masiva entre los jóvenes. Al menos ésa es la conclusión que se extrae de un estudio elaborado por la Dirección Xeral de Xuventude realizado a partir de 3.000 entrevistas. Menos del 20 por ciento de los gallegos de entre 15 y 29 años participa habitualmente en estas concentraciones y lo hacen, sobre todo, porque la paga no les alcanza a irse de copas por los locales nocturnos.

Cuatro de cada diez jóvenes justifican su presencia en botellones porque les sale más económico. Otro 23 por ciento alude al "buen ambiente". En un 11 por ciento de los casos, que coincide con un perfil de persona menor de 19 años que vive en el rural, argumenta que lo hace para conocer gente. El 8,5 por ciento alega que las bebidas son de mejor calidad y a un 8,4 por ciento lo atrae la idea de estar al aire libre.

Entre los que hacen botellón, más de la mitad están cursando estudios y casi dos tercios son hombres. Estos son menos prudentes que las mujeres. Según los datos que avanzó ayer el director xeral de Xuventude, Rubén Cela, en el Parlamento, el 42 por ciento de los jóvenes varones que van a estas concentraciones conducen a pesar de consumir alcohol. Suelen ser mayores de 25 años, trabajadores y de las provincias de Lugo y Ourense.

Lo de establecer turnos con sus amigos para llevar el coche de vuelta es una costumbre más común entre las chicas.

En todo caso, las tres cuartas partes de los jóvenes que van a botellones estarían dispuestos a utilizar autobuses de ida y vuelta para desplazarse.

Según refleja el estudio elaborado por la Dirección Xeral de Xuventude, la política atrae nada o muy poco al 65 por ciento de los jóvenes gallegos. Aún así, a nivel estatal el desinterés es aún mayor, ya que sólo un 26 por ciento admite seguir la actualidad política.