Galicia sigue en alerta. El fuerte temporal de lluvia y viento, con rachas de hasta 150 kilómetros por hora en el municipio pontevedrés de Oia durante la madrugada de ayer, provocó en Galicia cortes de tráfico en varias carreteras debido a la caída de árboles, tejas, tejados, vallas y contenedores que volaban tanto en núcleos urbanos como en el rural. En algunas localidades se produjeron problemas con el suministro eléctrico -caso de la comarca de O Salnés-, y telefónico. En Redondela el tejado de un instituto saltó por los aires. La situación en el mar fue conflictiva, pese a que la flota permanece amarrada. Algunos barcos se quedaron a la deriva mientras que varios yates y veleros se hundían en diversos puertos de las Rías Baixas, una de las zonas más castigadas. Vehículos y peregrinos se vieron atrapados por una gran nevada, inusual en esta época del año, en la montaña de Lugo, donde 80 escolares no pudieron acudir al colegio.

Emergencias recibió 5.372 llamadas y a través de bomberos, Policía Local y Nacional, Guardia Civil y 061 atendió un total de 738 incidencias, la mayoría relacionadas con la retirada de árboles, pancartas, señalización de carreteras, bolsas de agua y desprendimientos de tierra. La provincia de Pontevedra fue la más castigada con 85 incidencias, seguida de A Coruña con 59, Ourense con 15 y Lugo con 9.

En distintos puntos de Galicia se padecieron vientos huracanados. Este es el caso del municipio pontevedrés de Oia, donde se alcanzaron los 150 kilómetros por hora, Sálvora con 130,5, Ons con 113, Vilanova de Arousa con 109, Rodeiro con 108,6 y Burela con velocidades de 117 kilómetros por hora.

Pese a la intensidad del viento y la lluvia no se registraron heridos, aunque sí accidentes de tráfico. Así, un turismo chocó contra un árbol en la carretera de Gondomar a Chaín, y otro en Melide. En Moaña un árbol cayó sobre un turismo que circulaba por la carretera de Cangas a Vilaboa.

En el litoral dos barcos de Burela (Lugo) se quedaron a la deriva con varias personas a bordo. Salvamento Marítimo acudió en su ayuda pero uno de ellos logró arrancar el motor y remolcar al otro. Los tripulantes desembarcaron ilesos. También fue rescatado sano y sano un bateeiro a la deriva en la localidad pontevedresa de Poio.

En Porto Meloxo (O Grove), al menos nueve embarcaciones se soltaron de sus amarres. Un barco pesquero acabó sobre las rocas y varias lanchas, entre ellas un velero y un yate, se hundieron. Lo mismo ocurrió con dos barcos bateeiros que se soltaron en Domaio y llegaron la escollera. Similares situaciones se vivieron en los puertos de Cambados, Noia, Marín y Redondela.

La provincia de Ourense registró vientos de 59 kilómetros por hora que causaron la caída de gran cantidad de ramas sobre el vial de salida de la autovía Rías Baixas a la entrada de la ciudad llegando desde Vigo. Pese a estar a mediados de abril, se registraron precipitaciones de nieve por encima de los 1.300 metros.

Una fuerte nevada en Lugo, por encima de los 1.000 metros de altitud, atrapó en Triacastela a cuatro peregrinos que hacían el Camino de Santiago, aunque pudieron salir por sus propios medios y buscar refugio, y varios turismos quedaron bloqueados en distintas carreteras.