La inspección visual de ayer, con reportaje fotográfico incluido, es una fase más del largo expediente que se necesita para consolidar una declaración de Bien de Interés Cultural. Pero realizada la comprobación del inmueble y sus bienes, el departamento de Ánxela Bugallo está en condiciones de tomar la decisión "en pocos meses".

En caso positivo, se presentaría un proyecto de declaración que además de la exposición de motivos establecería el nivel de protección y abriría un nuevo proceso con un plazo máximo de resolución de 20 meses.

La catalogación como BIC implicaría que el edificio tendría que estar abierto al público cuatro días al mes y que cualquier intervención sobre el inmueble precisaría de una autorización previa de la Dirección Xeral de Patrimonio.

La intervención de los técnicos fue ayer valorada por el presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares, y también por el historiador Ian Gibson. En declaraciones a la agencia Efe, el hispanista de origen irlandés calificó como "importantísimo" el acceso al pazo, además de su valor "simbólico". "Creo que se trata de una gran noticia pues estamos todos en un proceso de recuperación de la memoria histórica", dijo.

Por su parte, Villares expresó su satisfacción porque finalmente se haya cumplido con la ley, aunque no es partidario que estos procesos se judicialicen.