Técnicos de Patrimonio de la Xunta de Galicia han entrado esta mañana en el pazo de Meirás, propiedad de la familia Franco y durante años residencia veraniega del general, para comprobar el estado del edificio y evaluar su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

La entrada a la propiedad ha sido posible después de que un auto judicial obligase a los herederos de Franco a permitir el acceso del personal técnico a la propiedad, ubicada en el municipio coruñés de Sada.

Una arqueóloga, una arquitecta y un historiador del arte accedieron al pazo en torno a las diez de la mañana de hoy, acompañados por el abogado de la familia Franco.

La visita se prolongó por espacio de cuatro horas. Diez minutos antes de las dos de la tarde el abogado de los Franco accedió de nuevo al pazo y momentos después abandonó la propiedad en compañía del personal técnico enviado por la Consellería de Cultura. Estaba previsto que los técnicos continuasen sus trabajos entre las cuatro y las siete de esta tarde.

La entrada al pazo se produce tras más de un año de trámites administrativos y judiciales, y después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) diese la razón a la Xunta obligando a la familia de Francisco Franco a permitir el acceso del personal de Patrimonio.

La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, lamentó "el comportamiento de la familia Franco de obstrucción a la labor de la Dirección Xeral de Patrimonio" y la "judicialización" de una diligencia administrativa "habitual y necesaria" para la conservación de los bienes patrimoniales, según informó hoy en un comunicado este departamento autonómico.

Bugallo entiende que realizar la inspección "es imprescindible para lograr la declaración como BIC del pazo", y añade que "además es una obligación teniendo en cuenta que ya forma parte del inventario del patrimonio cultural de Galicia".

La Consellería de Cultura informó de que los técnicos accedieron al pazo de Meirás siguiendo la fecha propuesta en la resolución del TSXG, que emitió el pasado 18 de marzo y que resolvía favorablemente el recurso contencioso administrativo interpuesto por el servicio jurídico de la Xunta solicitando la entrada al edificio.

Fuentes de este departamento autonómico indicaron que con este auto judicial se hace cumplir a los propietarios con el decreto de 430/1991 por el que se regula la tramitación de la declaración de bienes de interés cultural, el cual señala que "en cualquier momento la Consellería podrá efectuar la inspección directa del bien que se pretende declarar como bien de interés cultural y solicitar todo tipo de información y comprobación que sobre el mismo estime conveniente".

Los tres técnicos que esta mañana entraron en el pazo realizarán una inspección para reunir información sobre la arquitectura interior del edificio, los bienes susceptibles de ser considerados patrimonio cultural y el estado de conservación de todo el conjunto. Este trabajo incluye también un reportaje fotográfico, que una de las técnicas se encargó de realizar hoy.

Los datos que se recopilen serán analizados por el personal técnico de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y se añadirán a la restante documentación que en los últimos meses ha recabado la Consellería de Cultura referida a la historia y al valor del pazo.

Fuentes de la Consellería informaron de que una vez que se analice toda la documentación, Patrimonio evaluará si el pazo de Meirás reúne las condiciones suficientes para ser declarado Bien de Interés Cultural.

En caso positivo, según las mismas fuentes, se presentaría un proyecto de declaración que incluiría, además de una exposición de los motivos, el nivel de protección del edificio y de su entorno y se procedería a su incoación.

La declaración como BIC del pazo de Meirás implicaría que el edificio tendría que estar abierto al público cuatro días al mes y cualquier intervención sobre él precisaría de la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural.

Su declaración como BIC, máxima figura de protección patrimonial contemplada por la Xunta de Galicia, obligaría también a los propietarios al cuidado y preservación del edificio.

El pazo de Meirás está formado por tres torres cuadradas de distintas alturas, unidas por un cuerpo de edificio más bajo, de sillería de granito y torres almenadas, con balcón y ventanales con arcos sobre canecillos de granito, acceso mediante arco de medio punto.

En total son 2.115 metros cuadrados de superficie construida en una propiedad con una superficie total que supera las 6,6 hectáreas.

Desde el año 1938 el edificio y la finca es propiedad de la familia Franco, después de que fuese donado al generalísimo a raíz de una iniciativa de personas afines al régimen.

Historia del inmueble

El Pazo de Meirás, inmueble inventariado como patrimonio histórico conforme a la normativa gallega en la materia, es una reconstrucción de una casa quemada en 1809 por los franceses en la Guerra de Independencia. A pesar de su aspecto medieval la actual edificación es de finales del siglo XIX, la primera piedra se colocó en 1903, y perteneció a la escritora Emilia Pardo Bazán y su familia.

El emblemático edificio fue comprado a los herederos de Pardo Bazán por autoridades coruñesas, encabezadas por Pedro Barrié de la Maza y Alfonso Molina para regalárselo al dictador y entonces jefe de Estado, Francisco Franco, que lo aceptó en diciembre de 1938 y lo convirtió en su lugar de veraneo y el de su familia.

En la actualidad la única hija del dictador, Carmen Franco Polo, mantiene su costumbre de veranear en las Torres de Meirás, un espacio poco utilizado para otros fines a lo largo de estos años, con excepciones como el acto en el que Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Franco e hijo de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón, pidió la mano de la venezolana María Margarita Vargas-Santaelle en julio de 2004.