Quizás por eso de que nos gusta evadirnos cuando las cosas no van muy bien, dicen los hosteleros que siempre son los últimos en enterarse, en sufrir, las crisis económicas. Ya no lo tienen tan claro. En los informes de recaudación que elabora la Agencia Tributaria, los ingresos por impuestos especiales están este año de capa caída en Galicia. Entre enero y febrero acumulan un descenso de más del 8%. Y dos son los motivos. Por un lado, el menor gasto en hidrocarburos tras el subidón de los precios de gasolinas y gasóleo y la caída de las ventas de coches; y, por otro, que las habitualmente animadas ventas de alcohol son ahora tan discretas, que hasta las de cerveza se han estancado. ¿Cuesta creer que la recesión prive de una cañita?. "Ven a mi pub un sábado por la noche y lo verás", invita el propietario de un local de Vigo. La historia se repite en el resto de las grandes ciudades gallegas. El negocio de la noche deja ya sus primeras bajas.

A apenas cuatro kilómetros de A Coruña, en el concello de Oleiros, está Santa Cristina, uno de los destinos de referencia en la marcha gallega. Allí acaba de colgar el cartel de cerrado una conocidísima discoteca. Sólo abrirá en ocasiones especiales y para fiestas privadas. Los dueños de los pubs de la zona se quejan. "No paro de escuchar que ha habido un bajón muy grande de gente, que las cajas cayeron en los últimos dos meses una burrada", explica una camarera. Santa Cristina, llena hasta rebosar en la noche de los domingos, llevaba algo más de un año poniéndose de moda también entre semana e incluso los sábados, robando mucha de la clientela a la capital coruñesa. El subidón se ha parado en seco.

Y no porque la gente opte de nuevo por quedarse a salir en A Coruña. "Esta vez no es una cuestión de modas", señala un hostelero. Ni los establecimientos de copas más conocidos de la ciudad se libran. "Sigue habiendo mucha gente, sobre todo los sábados, pero consumen menos, mucho menos", añade el encargado de un pub de la calle Orzán, donde se concentra la mayor parte de la movida coruñesa.

La rentabilidad del sector se pone cuesta arriba. Al gasto de la mercancía hay que sumar el pago del alquiler en la mayoría de los casos -dependiendo de la ciudad y la zona, un establecimiento puede oscilar al mes entre 1.000 y 5.000 euros-, las elevadas facturas de luz y agua, impuestos, personal y esos otros recibos que muchas veces pasan desapercibidos para la mayoría de actividades, pero que en este caso son un auténtico quebradero de cabeza, como los derechos de autor por la música. El propietario de una discoteca de Lugo echa cuentas: 600 euros de electricidad, unos 500 euros al mes por las canciones, 5.000 euros anuales del seguro de responsabilidad civil, 2.000 euros de alquiler, 1.000 euros cada trimestre a Hacienda, entre 50 y 90 euros por el sueldo y la Seguridad Social de cada camarero cada noche... La mayoría de estos gastos se ha encarecido -"sobre todo el tema de la luz y los refrescos"- y, en cambio, los ingresos se están desplomando. "Si antes una buena noche, con 400 personas, hacía una caja de 3.000 euros entre taquilla y consumiciones, ahora no paso de los 2.000", cuenta. Lo nota sobre todo en la gente "de 27 y 28 años para arriba". "Hasta con los clientes habituales -añade-, que nos dicen que es que no pueden más, que con la hipoteca están hasta arriba". En su caso, como solución inmediata, apostó por reducir el número de camareros algunos días y retrasar lo máximo posible la apertura para reducir costes. Ahorro hasta el más mínimo detalle. "A partir de una franja horaria determinada pagas menos por la música", explica. Como él, "otra mucha gente que conozco aquí en Lugo y en Santiago que llevan pubs está haciendo lo mismo. Es que no nos queda otra opción. Eso, o cerrar".

Los negocios de ocio nocturno que van aguantando son los que además de copas ofrecen otras alternativas. Como conciertos, sesiones de cuentacuentos, teatro... "Damos un plus que otros no dan", destaca uno de los socios de una sala pontevedresa. Pero incluso ellos empiezan a notar que algo está pasando. "Sobre todo hacia fin de mes, los viernes son más flojos. De momento, eso sí, no es una hecatombe", señala.

Los patrocinios

Otros no pueden decir lo mismo. Los hosteleros reconocen que hacerse hoy con un negocio nocturno es más sencillo que hace sólo un par de meses. Los traspasos se han abaratado mucho. Y también hay más, como reconocen en el sector y se puede comprobar en un vistazo rápido por varias páginas de internet con anuncios comerciales. "Me ofrecieron a mí uno hace unos días por 2.500 euros al mes, después de haberlo tenido a 3.000 y hasta 4.000 euros", apunta un empresario. "Y cada vez hay más".

"La crisis está afectando más a los megalocales que se han abierto recientemente, que se dejan un pastón en decoración y están muy apoyados por marcas de bebidas que, cuando bajan las ventas, recortan los patrocinios", reflexiona el conocido encargado de un local en Vigo. Por eso cree que la caída se puede notar más en establecimientos de la zona de Arenal que en Churruca, con otro tipo de ambientes y los precios también más discretos. "He visto por ahí que algún local ha vuelto al 2x1", cuenta. Las rebajas del ocio. Pague una copa y tómese dos. "Yo llevo sin tocar el precio de la cerveza siete años", afirma.