A pesar de que año a año el número de casos de "vacas locas" desciende, en 2007 se detectaron en Galicia hasta 19 ejemplares con Encefalopatía Espongiforme Bovina, justo la mitad de toda España, donde se produjeron 38.

A Coruña se situó, con 8 animales afectados, como la provincia española que más casos registró el año pasado, por delante de Lugo, con 7, y Asturias, con 4. Sin embargo, si se contabiliza el total de "vacas locas" detectadas desde que apareció el primer animal enfermo en noviembre de 2000, los dos primeros puestos se invierten: Lugo es la provincia que se sitúa a la cabeza, con 109 casos, seguida de A Coruña con 82. Y es que con el paso de los años, la enfermedad ha reducido su incidencia en el noroeste peninsular.

Aunque el periodo de crisis en el sector ganadero, con fuertes caídas en el consumo de carne, se produjo principalmente entre 2001 y 2002, fueron los años 2003 y 2004 los peores de la enfermedad. Galicia llegó a 62 casos en 2003 y a 58 al año siguiente. A partir de ahí, un descenso progresivo: 46 en 2005, 30 en 2006 y los 19 de 2007.

El pasado año sólo un municipio gallego ha registrado más de un caso. Fue en el ayuntamiento coruñés de Muxía, donde se contabilizaron hasta tres: en febrero, en marzo y en junio. El resto de concellos coruñeses afectados son Boqueixón, O Pino, Zas, Santa Comba y Santiago.

Hasta completar los 19 casos, siete son en Lugo (Castro de Rei, Cospeito, Muras, A Pontenova, Vilalba, Carballedo y O Corgo), tres en Pontevedra (Tabeirós, Deza y Agolada) y uno en Ourense (Viana do Bolo).

A pesar de estos 19 casos gallegos, todos los animales infectados mantienen la característica de que nacieron antes de 2001, fecha en la que se adoptaron las medidas para combatir la enfermedad: análisis de todos animales que llegan al matadero, eliminación de los materiales específicos de riesgo, incineración de los ejemplares muertos...

El único informe epidemiológico realizado en España hablaba de la posibilidad de que la epidemia desapareciese del territorio español en 2012, aunque nadie se atreve a aventurar un año. Eduardo Yús, profesor de Veterinaria en Lugo, que siguió y sigue la crisis, sostiene que es difícil marcar plazos y, más aún, fijar un año en concreto. Además, este experto prácticamente descarta que se confirme algún caso de esta enfermedad en humanos.