Es el alumno de Galicia con la nota más alta para acceder a la universidad: un 9,98; media entre el 10 de su expediente y el 9,94 del selectivo. En estas pruebas sacó un 10 en todas las materias menos en Lengua Castellana, donde obtuvo un 9,5. Estudió en el instituto público Eusebio da Guarda (A Coruña) y quiere ser funcionario.

- ¿Cómo lo lleva?

- Cuando me llamaron no me lo creía. Me dije: "Pero quién me corrigió, es imposible".

- Detrás habrá muchas horas de estudio.

- Para la selectividad, seis horas por la mañana y seis por la tarde, con un descanso cada dos.

- ¿Y durante el curso?

- Cada tarde cuatro horas, más o menos, porque los lunes tenía clase por la tarde y los martes y jueves iba a una academia de inglés. Es cuestión de organizarse, así cuando llega un examen lo empezaba a preparar una semana antes, pero poquísimo, sólo para dar tranquilidad.

- No es de los de la noche anterior...

- Intentaba que no, pero en el caso de Historia alguna vez tuve que hacerlo.

- ¿Tiene tiempo para el ocio, para salir?

- Sí, claro. Los viernes salgo con los amigos a tomar algo y los sábados por la noche, también. Sólo tuve que dejar de practicar tenis.

- ¿Su futuro ya lo tiene claro?

- Voy a estudiar Ingeniería de Caminos en A Coruña, aunque dudaba con Matemáticas.

- ¿Y luego?

- Hacer dos máster y opositar para entrar en el Ministerio de Fomento a trabajar en obras públicas para el Estado.

- ¿La empresa privada no le tira más?

- Me sentiría más seguro trabajando para el Estado como funcionario, de rango superior.

- ¿El ambiente familiar influye?

- Más bien sale de mí. Mis padres, que son profesores, me dijeron que combinara el ocio con el estudio, porque no es mejor estudiante el que se pasa todo el santo día estudiando, sino el que es capaz de salir, de descansar...

- ¿Sus compañeros le trataron de chapón?

- En la ESO claro, luego llega el momento en que te reconocen como un buen compañero.