Javier Sánchez de Dios / Santiago

La pregunta, reducida ad simplicem, era hasta hace unos días si se puede o no objetar en conciencia contra la asignatura "Educación para la Ciudadanía". Tras la declaración episcopal, no pocos preguntarán si se debe...

- maría josé brey. Estamos en contra de la gran politización que tiene el tema: si tomas una postura pareces de izquierdas y si no, de derechas, y hay opiniones dentro de la Secundaria que no tienen nada que ver con la política. Tenemos una asignatura que forma parte del programa, aprobada por el Parlamento, porque esos son los trámites legales, y como ciudadanos responsables tenemos que acatarlo. Pero lo que preguntamos es quién y cómo va a impartir esta asignatura que está ahí: objetar ahora que ya pasaron los trámites legales no tiene sentido. Hay gente que está defendiendo que educar en valores corresponde a la familia y que los centros en todo caso complementan, pero no se ve con mucha lógica que educar en valores haya de ser una asignatura teórica, porque la educación en valores es sobre todo algo práctico.

- RAÚL gómez farto. Es una ley básica, promulgada, de carácter orgánico y se tiene que cumplir con todas las consecuencias. La polémica que se está generando parece olvidar un dato fundamental: que nuestra democracia es joven, merece un impulso y lo tiene a través de materias como ésta. Dicho eso añado que efectivamente la educación en valores corresponde a la familia, pero los derechos democráticos, humanos, éticos, son universales, y por lo tanto los fomentan la escuela y la familia a la vez. Nosotros consideramos desde el primer momento de un valor vital y fundamental esta materia, y estamos en contra de la objeción, porque una cosa es que junto a unos cauces que no se pueden mover haya unos caminos paralelos y que puedan funcionar en determinados centros, y otra que se eliminen los cauces mismos.

- victoria navarra. No creo que se pueda plantear la objeción. No es objetable por lo que se ha dicho ya de que es una ley orgánica, aprobada por el Parlamento y, por tanto, no por un grupo o partido: no hay nada que hacer más que cambiarla en su momento a través de los mismos cauces democráticos. ¿Que la educación en valores pertenece al ámbito familiar? Sí, claro que sí, pero no sólo: hay educación de nuestros niños y niñas que compartimos todos los que formamos la comunidad educativa. Hay una parte que se inicia en la familia y que se completa con las instituciones que toda la sociedad se tiene arrogadas para la formación, y en ellas se va a dar un complemento porque los valores no sólo se enseñan con la práctica, sino con conocimientos que permiten educarse en ellos. Y ése es papel de la Administración.

- ¿Estamos ante un problema escolar o ante una cuestión ideológica?

- brey. Ése es el peligro que vemos desde la Secundaria: los profesores somos personas, cada uno con su ideología, pero hay que ver hasta qué punto vamos a ser objetivos a la hora de impartir la asignatura, hasta qué punto será posible la objetividad. Y eso no se puede evitar, hay asignaturas en las que siempre se ve el aspecto ideológico del profesor, pero lo malo es cuando no se ve claro. Por eso nos preocupa qué profesorado va a impartir esa asignatura. Y nos preocupa también que entre en conflicto con la participación de la familia: estoy de acuerdo en que la educación en valores parte de la familia y se complementa en los centros, no que sea sólo de ámbito familiar. Pero hay un problema: que las familias no están educando en valores, y no puede servir esta asignatura de excusa para que este problema vaya a más. Y de ahí nace la reivindicación de que esta asignatura se debe impartir sobre todo desde la Filosofía, por profesores de Filosofía, y no está claro que vaya a ser así. Y nos preocupa que esta asignatura acabe siendo una maría, impartida por el profesor de turno una hora a la semana para completar horario.

- navarra. A ver, ¿hasta qué punto puede ser objetivo el profesorado? Yo tengo gran confianza en el profesor, pero no sólo el de Ciencias Sociales o Filosofía: también en los demás, porque dependiendo de la ideología de cada cual en cualquier asignatura se podría ir por una línea o por otra. Dicho eso, confío plenamente en la formación del profesorado y también en su personalidad para determinar en qué momento es profesor o profesora y cuando sólo ciudadano o ciudadana para entendernos. ¿Que influye? Claro que sí, pero para todo, aunque otra cosa distinta es determinar, y no determina. En cuanto a lo que se ha dicho de si Educación para la Ciudadanía quedará como una maría, o acerca de quién la va a impartir, ya se sabe: está determinado en Secundaria, en el texto del Decreto se determina que la asignatura será impartida por el profesorado de Filosofía o de Ciencias Sociales. ¿Por qué figuran dos? Pues porque en los centros que no hay Bachillerato no hay profesorado de Filosofía y entonces la dan los de Ciencias Sociales; la Administración sabe que hay un elemento filosófico pero también otros contenidos.

- gómez farto. Me alegra que entremos en la cuestión del profesorado porque eso quiere decir que asumimos que la materia es vital, lógica y hasta conveniente para los principios de la sociedad. Entre los objetivos de la asignatura está la educación en valores y por tanto la educación para la ciudadanía. En Europa la orientación va por ese camino y se acaba o tiende a acabarse la educación para objetivos y vamos a una educación para competencias. Hay que formar a todos los ciudadanos en eso, y es importante que desde el primer nivel se tenga la preparación adecuada, y en ese sentido va la educación en valores, que se adquiere desde los primeros momentos de la ciudadanía. En cuanto a lo que se ha dicho sobre el profesorado estamos de acuerdo con la propuesta que se hace desde el Ministerio, completamente de acuerdo. Y hay que descartar que vaya a ser una asignatura maría, ni siquiera una alternativa, ni tampoco una simple orientación educativa folclórica, etcétera. El profesorado con perfil adecuado es profesorado de Letras: Filosofía y Geografía e Historia, Cultura Clásica también. O sea, Ciencias Sociales.

- ¿Beneficia a la educación que cualquier iniciativa de reforma produzca polémica?

- brey. Voy a contestar con otra pregunta: ¿por qué ahora, en este momento, tenemos que poner una asignatura como ésta? ¿Acaso sentimos que no somos buenos ciudadanos, que no somos ciudadanos responsables? Porque no se le puede poner esa cruz a los escolares. ¿Podemos decir que fracasamos como ciudadanos democráticos y por eso estamos planteando esta asignatura?¿Cuál es la razón para colocarla, qué complejos tenemos?¿Nos sentimos tan fracasados? ¿Cuál es el problema de fondo? Las polémicas a las que se refiere la pregunta no son estructurales; surgen, en definitiva, porque siempre fuimos, en la educación, moneda de cambio para el debate político, en el fondo es que no interesa la educación. O parece que solo importa cuando hay votos por medio, lo que puede ser considerado como una visión pesimista, pero digna de tenerse en cuenta.

- navarra. Yo no tengo una visión tan pesimista, la verdad. Hay que ser críticos, pero eso no es negativo, al contrario: el ejercicio la critica es sano. Lo que no podemos ser es autocomplacientes, pero sí autocríticos porque nos permite saber lo que va bien, para mantenerlo, lo que sobra para eliminarlo, y lo corregible para corregirlo. Y de hecho esta nueva ley no es rupturista con lo existente, sino precisamente un elemento para mejorar lo que había. ¿Por qué ahora? Pues porque hacía falta: yo creo que siempre fue necesaria, en los periodos anteriores, cuando la LOGSE crea la educación en valores pero como era transversal, pasó lo de siempre: tarea de muchos queda sin hacer. La sociedad ha cambiado, han aparecido nuevos problemas, surgen nuevos enfoques, y quiere que se traten, que se prepare a los ciudadanos para análisis más abiertos y más complejos, y una visión más amplia.

- gómez farto. La ley orgánica que se promulgó intentó superar esa situación de polémica permanente, y creo que el intento se logró en una proporción bastante discreta; la votación en las Cortes fue de algo mas del cincuenta por ciento a favor, pero eso es propio del juego político. Pero, por entrar en el fondo de la cuestión, ¿cómo vamos a dejar fuera de la escuela principios que se contienen en Educación para la Ciudadanía como la no discriminación, la eliminación de las desigualdades, la atención especial a la discapacidad, la transmisión y puesta en práctica de valores como la tolerancia, la igualdad o el respeto? Todo eso estaba ya, pero queremos ponerlo en román paladino para que colabore la escuela. Y muchos de los que dicen estar en contra es que no se han leído los contenidos de la asignatura. Sencillamente eso.