La Vicepresidencia de la Xunta ampliará la red de centros de menores con la construcción de diez nuevos en los próximos cuatro años. En Santiago y Vigo se crearán dos unidades especiales para atender a niños conflictivos procedentes de familias desestructuradas o que se hayan quedado huérfanos. Serán los denominados "centros de protección difícil". Así lo avanzó ayer la secretaria xeral de Benestar, María Xesús Lago, en Rábade (Lugo).

A estas unidades se sumarán otras cuatro, una por provincia, destinadas a acoger temporalmente a menores. La intención de la Vicepresidencia de la Xunta es que estos centros estén permanentemente abiertos para poder dar cobijo de forma provisional a aquellos niños que en un determinado momento son apartados de sus familias por que se hayan en situación de riesgo o conflicto. En estas unidades son evaluados por un equipo de psicólogos y trabajadores sociales, que serán los que decidirán finalmente cual será el destino del menor. Como máximo los niños pasarán 60 días en estos centros temporales. La primera de estas dependencias que se construirá estará ubicada en el municipio lucense de Rábade. "Se trata de evitar que un menor, una vez que tenga que ser objeto de protección o atención esté en un espacio que no sea adecuado para él", dijo Lago.

Después, el objetivo de la Xunta es desviar a familias de acogidas al mayor número de niños evitando así su internamiento. María Jesús Lago aseguró que se quiere recortar hasta en un 30 por ciento el número de menores acogidos en centros de tutela de la Xunta.

Al margen de las unidades de protección para niños huérfanos o con problemas familiares, la Xunta dispone en su red de centros con dependencias específicas para aquellos que cometen algún delito y son internados por orden judicial. El departamento que dirige Anxo Quintana prevé crear otros cuatro nuevos centros de esta modalidad.