- ¿No le preocupa la escalada de la tensión?

- Sí, claro que me preocupa, porque eso hace además que al final la gente pierda la fe, primero en los políticos y después en la política y en las cosas públicas. Y además acabe pensando, y eso es muy peligroso, que somos todos iguales y que todo el mundo hace lo mismo.

- Perdone, pero lo parece.

- Puede que a alguien le interese. Pero insisto en que lo que no vamos a permitir es que se lancen por sistema falsos testimonios contra nosotros. Nos vamos a defender siempre, pero lo haremos con argumentos, con hechos, demostrando en primer lugar que no es verdad lo que se dice y después diciendo, y demostrando que quienes nos acusan son precisamente los que están haciendo aquello de lo que acusan al PP.

- O sea, que más escalada...

- No, porque lo diremos y, como hemos hecho en el caso de Vila de Cruces, lo demostraremos con pruebas inequívocas. A partir de ahí entendemos que lo mejor sería que no hubiera crispación y que se pudiera hablar con sosiego. Eso lo hemos dicho y lo hemos repetido nosotros, por ejemplo con el urbanismo: al final se va a lograr que la gente desconfíe de los ayuntamientos. Lo que pasa ahora mismo es un espectáculo que a nadie beneficia, que no debería interesar a nadie y que nos perjudica a todos.

- ¿Pasará factura la gente en las municipales?

- Bueno, en estas elecciones la gente nos va a examinar a todos, y ya veremos quién paga una factura mayor. Y quien diga que no es así, siendo político, no está en la realidad.