"Mi viaje a Brasil ha sido un ejemplo de transparencia y de exquisito comportamiento institucional", aseguró ayer el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, quien contrapuso su actitud con "los tiempos de trapicheo constante y de la espúrea mezcla entre lo público y lo partidario", que, en su opinión, caracterizaron los sucesivos mandatos de Manuel Fraga durante dieciséis años.

Touriño, visiblemente molesto por las reiteradas críticas de Feijóo a su visita a Brasil, aseguró: "Ni empanada, ni pulpo, ni comidas, ni carpas, ni petición de voto en el viaje, eso lo hacía el Partido Popular y su presidente, pero no forman parte del talante de éste". El titular del Ejecutivo autonómico negó cualquier atisbo electoralista en su visita a Brasil, y recordó que el viaje estaba previsto para enero, cinco meses antes de las elecciones municipales, pero se retrasó por la negociación de la reforma del Estatuto.

Asimismo defendió el valor de su visita a Brasil, donde se entrevistó, entre otras autoridades, con el propio presidente del país, Lula da Silva. Touriño aseveró que tras su estancia de cinco días en Suramérica "hoy hay una Galicia más visible y más fuerte en Brasil y en el exterior".

El titular de la Xunta acusó además al líder de la oposición de querer con sus críticas al viaje levantar "una cortina de humo" para esconder la imputación del ex director general de Industria Ramón Ordás por un delito de tráfico de influencias.

Pérez Touriño advirtió a Feijóo de que "maldecir, falsear y engañar es un mal camino para quien quiere ser algo en la política de este país".

Sobre la polémica de Vila de Cruces, lamentó que el PP quiera "inflar un globo" y "elevar a la categoría de política sustancial lo que por un error, o lo que fuera, pudiera hacer un candidato de un pueblo".