Científicos gallegos han diseñado en el laboratorio un compuesto químico, "parecido al azúcar", que "engaña" a las bacterias de la tuberculosis y "las mata de hambre". Este proyecto de investigación, financiado por la Xunta y el Gobierno español con más de 230.000 euros, es coordinado por los profesores de Química Orgánica de la Universidad de Santiago, Concepción González Bello y Luis Castedo. Desde el año 2000, con un equipo de cinco investigadores, buscan un medicamento eficaz contra la tuberculosis, una dolencia que en los últimos años no sólo ha rebrotado en España, sino que además se han detectado cepas extremedamente virulentas y muy resistentes a los tratamientos ya existentes.

Los fármacos tradicionales ya no siempre surten efecto, y urge la aparición de nuevos medicamentos, explica Concepción González, quien, junto a su equipo, ha conseguido producir en el laboratorio un compuesto que es similar "a una sustancia que generan las propias bacterias de la tuberculosis para su crecimiento, pero su efecto es el contrario, pues bloquean su crecimiento, no las dejan crecer, es como si las mataran de hambre". "Engañamos a las bacterias con este compuesto tan parecido al que producen ellas mismas, y de paso acabamos con ellas", explica esta profesora titular de Química Orgánica en Santiago, pero natural de Vigo.

El compuesto ideado en Galicia está ahora siendo sometido a ensayos in vitro, en un laboratorio de Alabama (EE UU), y luego vendrán las pruebas con ratones y humanos. Podrán pasar "al menos cinco años" hasta que este invento sea un fármaco en el mercado, pero Concepción González es optimista ante las posibilidades de que el hallazgo de su equipo se convierta finalmente en una medicina eficaz contra la tuberculosis, una enfermedad que en el mundo mata a una persona cada diez segundos, es decir más de dos millones de fallecimientos al año.

"Es una sustancia soluble que metaboliza bien, no tiene efectos secundarios de importancia en el ser humano, y además es muy potente con muy poca cantidad", explica Concepción González, al exponer las ventajas del invento, que el pasado mes de febrero fue publicado en la revista internacional de química médica ChemMedChem.

Inmigrantes

En 2005 en España se rompió la tendencia a la baja, y volvieron a aumentar los casos de tuberculosis. Por ejemplo, sólo en Barcelona, entre 2004 y 2005, el incremento fue del 15 por ciento, y los expertos ofrecen como argumento la llegada de inmigrantes y el regreso de cooperantes procedentes de países pobres con altas tasas de tuberculosis. Así se expuso en un congreso médico en Cataluña en diciembre del pasado año.

Además en España la tasa de esta enfermedad triplica la de la media europea. La incidencia anual es de 25 casos por cada cien mil habitantes, es decir, más de diez casos nuevos al año, y el uno por ciento corresponde a cepas multirresistentes, es decir que no responden a varios de los tratamientos disponibles, y el diez por ciento de estas últimas a cepas "extremedamente resistentes y virtualmente imposible de tratar", según la Sociedad Española de Neumología.

Galicia tiene un sistema de control eficaz, según los médicos, que ha conseguido rebajar de setenta a treinta y cinco los casos por cada diez mil habitantes de 1996 a 2005.