-Con Marruecos se ha llegado a un acuerdo, pero van a pescar otros. Los gallegos, no, o al menos pocos gallegos.

-Para mí, el logro político importante es que Bruselas se aviniera a negociar un nuevo acuerdo con Marruecos, visto como se tomaban allí este tipo de asuntos. Y ese logro tiene mucho que ver con la nueva actitud del Gobierno central hacia Rabat y con la recuperación del clima de confianza mutua que favoreció que la UE consiguiese tan rápidamente un acuerdo. El Gobierno del PP no fue capaz: los acuerdos fueron todos con gobiernos socialistas, y ésa es la realidad. ¿Los gallegos? Si nos vamos a porcentajes, Galicia va a tener un porcentaje de flota con Marruecos superior al que tenía en el acuerdo anterior, el que finalizó en 1999. Pero para mí lo más importante es que esas probablemente veinticinco unidades pesqueras desde el año que viene nos van a ayudar para la recuperación de otros caladeros con los que hay dificultades. Y hay una parte del nuevo acuerdo pesquero, de la que se habla poco, que es todo lo que tiene que ver con el abastecimiento de las industrias. Nosotros tenemos una industria que necesita materia prima, y no hay obligación de vender en todos los puertos marroquíes. Mire, yo prefiero ver siempre la botella medio llena.

-Una industria que parece deslocalizarse, conselleira. ¿Cómo lo ve...?

-La globalización puede interpretarse como positiva o negativa, depende cómo cada país aproveche las oportunidades. Yo, como persona positiva, entiendo que nuestra presencia en otros países puede tener resultados positivos para nuestros intereses industriales y económicos. Eso no quiere decir que esté a favor de que las empresas se vayan, y perdamos aquí puestos de trabajo para generarlos en otro sitio. Hemos de compaginar la necesidad de la industria de abastecimiento en materia prima con la tecnificación y generar riqueza a través de un aprovechamiento mejor del I+D+i. Hay que generar riqueza allí donde estamos y aprovechar una vertiente poco explotada aún que es la cooperación exterior. Hay que reforzar nuestra capacidad comercial, e ir a políticas donde quizá convenga a pensar en concentrar nuestra capacidad industrial y diversificar la oferta para las personas con diferentes niveles de renta.