La imposibilidad del Servicio de Extinción de la Xunta de sofocar la epidemia de fuegos que azota Galicia ha llevado al Gobierno a enviar nuevos medios a la comunidad, tanto para reforzar la flota de hidroaviones y helicópteros como para avanzar en la detención de los responsables. Cuarenta incendios, ocho catalogados por la Xunta como de máximo riesgo, continuaban activos al cierre de esta edición. La cifra confirma un empeoramiento respecto al fin de semana, en especial en el sur de Galicia.

Alcaldes de zonas afectadas, como el Ayuntamiento de Vigo, denunciaron ayer la falta de recursos para combatir las llamas. La Consellería do Medio Rural respondió a estas críticas asegurando que no existe discriminación a la hora de enviar medios a los municipios y aseguró que las alertas son todas atendidas.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, ha convocado una reunión urgente esta mañana, en la que se coordinará el dispositivo del Gobierno gallego y del central y se evaluarán los daños provocados por el fuego durante el que está siendo uno de los meses más negros de los últimos años.

Refuerzo de guardias civiles

A la espera de nuevos refuerzos, Galicia cuenta ya con dos helicópteros de alta capacidad enviados por el Estado y se espera que la Guardia Civil precise el numero de agentes que llegarán a la comunidad para reforzar la persecución policial de los incendiarios, tal como decidió ayer en Madrid la Comisión Interministerial contra los Incendios.

Las imágenes de montes en llamas han llevado a voluntarios de comunidades limítrofes a desplazarse a Galicia. Un grupo de treinta bomberos asturianos, que se encontraban de vacaciones, coopera en Ribeira y Padrón con las cuadrillas locales.

Pontevedra y Ourense continúan siendo las provincias más dañadas, aunque las llamas se ensañan ahora también con ayuntamientos de la Costa da Morte, como el Carnota, donde ayer se desalojó a un grupo de vecinos de sus viviendas.

En Pontevedra, la Xunta mantiene por tercer día consecutivo la alerta máxima en Pazos de Borbén, incendio que se extiende hasta Padróns (Ponteareas). Otros frentes abiertos en la provincia son Domaio (Moaña), Coruxo (Vigo), Sabaxáns (Mondariz), Rebordáns (Tui), Morgadáns (Gondomar), Barcia de Merca (Covelo), Lourido y Porto (Salvaterra), Baíña (Baiona) y Nantes (Sanxenxo).

El fuego se cebó con los montes de O Salnés, el Barbanza y con algunos de los picos emblemáticos de la Costa da Morte, como O Pindo. Entre los municipios de Vilagarcía, Caldas y Catoira, las brigadas se afanan por controlar las llamas en Xiabre. El Monte da Curota, en A Pobra do Caramiñal, sufrió otra jornada negra. Los incendios mantuvieron en vilo a poblaciones costeras, como Rianxo y Porto do Son.

Casi la mitad de los fuegos de Galicia se concentraron en Ourense, donde afectaron a Allariz, Verín, Entrimo, Taboadela, A Bola, Avión, Oseira, A Merca, Trasalba y Pereiro de Aguiar. Además, provocaron el corte de la N-120, a la altura de Ramirás, donde se desalojó una urbanización.