Lo tenía claro desde que era un adolescente, y su familia siempre respetó su decisión. Diego González Blanco, el joven soldado de Cudeiro que perdió la vida en Afganistán en un trágico accidente aéreo ocurrido en la mañana del martes, "vivía para el Ejército y nosotros siempre le apoyamos porque era feliz haciendo lo que hacía". Así lo manifestaba ayer Beatriz, la hermana del joven soldado, que desde que sucedieron los hechos, ha mostrado una gran entereza e intenta sacar fuerzas de donde sea para apoyar a sus padres en unos momentos tan difíciles.

Aunque manifiesta convencida que "el punto de vista de las familias de las personas que se dedican a esta profesión, no tiene nada que ver con lo que piensan los que la ejercen", reconoce sin embargo que "Diego siempre quiso estar en el Ejército y aunque ha perdido la vida, ha sido haciendo lo que le gustaba y por lo que llevaba luchando muchos años".

Recuerda que su hermano estudió E.G.B. en el colegio Martínez Sueiro, ubicado en las inmediaciones de la Alameda ourensana. "Después abandonó los estudios y estuvo unos años haciendo trabajos temporales y jugaba en un equipo de hockey en el pabellón de Os Remedios, hasta que se fue a la mili, a los 18 años. Hizo la instrucción en Cáceres y después estuvo en Ávila".

A los 19 años se alistó en el Ejército "y desde entonces, siempre dijo que esta profesión era su vida", dice Beatriz, que añade que "su viaje del pasado día 3 de agosto era su primera misión y aunque la familia estaba nerviosa porque sabíamos el riesgo de este tipo de maniobras, contaba con todo nuestro apoyo. Se lo merecía todo, porque era vital, alegre, amigo de sus amigos y muy cariñoso".

Beatriz y sus padres, Joselino González Quintela y María Luz Blanco Mariño, así como la novia del joven fallecido, Alejandra Selas Fernández, que también está en la base de Figueirido, viajarán esta misma noche a Madrid a buscar el féretro de Diego, que el viernes llegará a Ourense y recibirá sepultura el sábado en la iglesia de San Pedro de Cudeiro, a las seis y media de la tarde.

"Estamos recibiendo todo el apoyo institucional y el viaje que vamos a hacer hoy está organizado y ya no tenemos que preocuparnos de nada". La joven, dos años mayor que su hermano, insistió en que "aunque estamos pasando unos momentos muy difíciles, estamos arropados por muchísima gente que nos quiere y que no nos deja solos ni un minuto". De su madre, dice, "ya está un poco más tranquila". Su padre comentaba ayer: "Ahora estoy peor, porque empiezo a asumir lo que pasó".