Ver más galerías relacionadas
Alba Villar
Ver galería >Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Alba Villar
Rosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasRosy trabaja como admnistrativa, y tuvo que pedir jornada reducida cuando su madre enfermó hace algunos años. Durante el estado de alarma, en su empresa se pautó el teletrabajo, pero en su caso y a diferencia de sus compañeros, no volvió a pisar la oficina cuando todo empezó a normalizarse. "Llegó un momento que puse mi cargo a disposición de la empresa, ya que por la atención a mi madre a la hora de levantarse, debía parar mi jornada laboral, sin embargo entendieron mi situación, y pude seguir trabajando", destaca la viguesa, que agradece las facilidades que le pusieron para conciliar. No así a la admnistración autonómica, que no le ha dado ninguna esperanza para conseguir una plaza en una residencia de ancianos. "Insisten en que con su pensión no accederá nunca por puesto en la lista. Vale, ya has cumplimentado toda la documentación, ya has entregado todo, pero la realidad es que 'nunca te vamos a dar nada'. Y así es como te hace sentir el sistema: tonta, te hace sentir tonta".