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Gustavo Santos
Ver galería >Una hora duró la protesta en Combarro, este martes, a pie de calle, frente a la vivienda ocupada desde hace unos días. Se vivieron algunos momentos de tensión, en los que los vecinos concentrados proponían entrar por la fuerza en el inmueble y desalojarlo. Desde alguna casa cercana se llegaron a arrojar huevos sobre la terraza de la casa. Tras gritos de ¡Fuera, fuera!, ¡Sinvergüenzas!, o ¡Ide a traballar!, finalmente, el alcalde de Poio, Ángel Moldes, intercedió entre los vecinos y los okupas, a quienes invitó a irse, algo que lo hicieron en un taxi tras recoger sus escasos enseres, en dirección a la estación de autobuses de Pontevedra.
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Una hora duró la protesta en Combarro, este martes, a pie de calle, frente a la vivienda ocupada desde hace unos días. Se vivieron algunos momentos de tensión, en los que los vecinos concentrados proponían entrar por la fuerza en el inmueble y desalojarlo. Desde alguna casa cercana se llegaron a arrojar huevos sobre la terraza de la casa. Tras gritos de ¡Fuera, fuera!, ¡Sinvergüenzas!, o ¡Ide a traballar!, finalmente, el alcalde de Poio, Ángel Moldes, intercedió entre los vecinos y los okupas, a quienes invitó a irse, algo que lo hicieron en un taxi tras recoger sus escasos enseres, en dirección a la estación de autobuses de Pontevedra.
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Una hora duró la protesta en Combarro, este martes, a pie de calle, frente a la vivienda ocupada desde hace unos días. Se vivieron algunos momentos de tensión, en los que los vecinos concentrados proponían entrar por la fuerza en el inmueble y desalojarlo. Desde alguna casa cercana se llegaron a arrojar huevos sobre la terraza de la casa. Tras gritos de ¡Fuera, fuera!, ¡Sinvergüenzas!, o ¡Ide a traballar!, finalmente, el alcalde de Poio, Ángel Moldes, intercedió entre los vecinos y los okupas, a quienes invitó a irse, algo que lo hicieron en un taxi tras recoger sus escasos enseres, en dirección a la estación de autobuses de Pontevedra.
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