La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.
Notre Dame empieza a curar sus heridas
EFE
La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.
Notre Dame empieza a curar sus heridas
EFE
La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.
Notre Dame empieza a curar sus heridas
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La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.
Notre Dame empieza a curar sus heridas
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La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.
La reconstrucción de un monumento en el que cada piedra es sagrada no entiende de fechas límites ni promesas de milagros. Tres meses después del incendio, Notre Dame sana sus heridas con un trabajo de restauración centrado en dejar la mínima huella posible.