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José Lores
Ver galería >Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
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Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
José Lores
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
Archivo familiar de Barros
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
Archivo familiar de Barros
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
Archivo familiar de Barros
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
Archivo familiar de Barros
Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
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Ángel Barros (Redondela, 1935) dedicó gran parte de su vida a la restauración. Desde los 11 hasta los 22 años trabajó en la fábrica de Regojo y a finales de los 50 se fue a Brasil, donde trabajó como diseñador de tejidos en la Fábrica de Tecidos Bangu, exportadora de la alta costura. Tras regresar a España, realizó un periplo por Europa que finalmente lo llevaría a recalar en París, donde desde finales de los 60 hasta mediados de los 70 trabajaría en uno de los principales talleres de restauración parisinos, preservando obras del Louvre. Por sus manos han pasado cuadros de Fra Angélico, Picasso, Matisse, Manet, Monet... y también participó en la restauración de los frescos del Palacio Real de Fontainebleau. A finales de los 70 se instala en Valencia, en donde tiene lugar su período más fructífero.
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