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José Lores
Ver galería >Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
J. LORES
Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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Este pasado lunes festivo, jornada oficial que conmemora La Reconquista de Vigo, se reservó para los actos religiosos e institucionales de una celebración que cerró su último día con miles de visitantes y lugareños, que apuraron la fiesta, disfrutando de la música, de las actividades y de los puestos de comida y bebida por las calles del Casco Vello. Un broche espectacular, tras dos años de inactividad, para su recién estrenada distinción de interés turístico nacional, y un chute de alivio para la hostelería, uno de los sectores más afectados por una pandemia que parece dar sus últimos coletazos.
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