Hace 15 días la Xunta intervenía la residencia Salvaterra tras detectar 110 casos de coronavirus entre sus usuarios y trabajadores. Fue entonces cuando entraron los refuerzos sanitarios y se encontraron una realidad indigna. La Asociación de Trabajadores de Residencias de Galicia denuncia que se trata de una “casa de los horrores”. Asegura que los ancianos tenían los colchones destrozados y las duchas sucias. Además, los encerraban con llave sin la posibilidad de pedir ayuda porque los timbres de alarma no funcionan.

Sanitarios que han trabajado en estas condiciones inhumanas aseguran que solamente hay un bote de hidrogel por planta y una palangana para cada 30 residentes. Aunque la residencia lo niega todo, hoy, curiosamente, llegaban colchones nuevos. Además la Xunta intervendrá otra vez investigando lo que está ocurriendo para que los mayores recuperen una vida digna.