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MARTA G. BREA
Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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Repican las campanas y una multitud aguarda junto a una pequeña capilla de la que comienza a desfilar en procesión una hilera de ataúdes a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos que cantan plegarias y del redoble de tambores de una banda de música. La escena remite a un multitudinario funeral tras un naufragio, un accidente múltiple o una catástrofe natural, pero en realidad se trata de una celebración festiva, una romería, la de un pequeño rincón de Galicia, Santa Marta de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, en la que nada es lo que parece. Los féretros no van vacíos, los ocupan personas vivitas y coleando que, de esta forma tan peculiar, expresan su devoción por la hermana de Lázaro, protectora de los desahuciados, en la creencia de que intercedió por ellos para que pudieran superar una grave enfermedad.
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