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BERNABÉ/JAVIER LALÍN
Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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Fue la entrega de diplomas y distinciones al mérito policial más concurrida de la historia de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp). Y se vio salpicada ayer por diversas historias de amor, por anécdotas que contribuyen a humanizar a este ente público y a recordar que aquellos encargados de velar por la seguridad de todos son, sencillamente, personas de a pie, solo que vestidas de servidores públicos en pos de salvaguardar los principios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad.
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