Tienen cinco días de vida y ya se han convertido en las estrellas de la parroquia gondomareña de Vilaza. Niños y mayores del entorno los visitan. Para unos son tan blanditos y entrañables como sus peluches favoritos y para los otros, casi un milagro. Cinco en el mismo parto. Algo extraordinario en el caso del ganado ovino, cuyos alumbramientos habituales acaban con dos recién nacidos, tres en ocasiones.
Los quintillizos de Gondomar
Tienen cinco días de vida y ya se han convertido en las estrellas de la parroquia gondomareña de Vilaza. Niños y mayores del entorno los visitan. Para unos son tan blanditos y entrañables como sus peluches favoritos y para los otros, casi un milagro. Cinco en el mismo parto. Algo extraordinario en el caso del ganado ovino, cuyos alumbramientos habituales acaban con dos recién nacidos, tres en ocasiones.
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