Ver más galerías relacionadas
Manuel Méndez
Ver galería >El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noé Parga
El centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasEl centro de Vilagarcía está repleto de vallas que limitan el paso por aceras, plazas, calles peatonales e incluso vías de circulación. No solo entorpecen, sino que proyectan una imagen de abandono agravada por la hierba que crece entre ellas.