Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
El lugar del accidente.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico al lado del vehículo accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico al lado del vehículo accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Un agente inspecciona el lugar de los hechos.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Un agente al lado del coche siniestrado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
El lugar del accidente.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
El lugar del accidente.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Así quedó el coche siniestrado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Así quedó el coche siniestrado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico al lado del vehículo accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico al lado del vehículo accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico al lado del vehículo accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Así quedó el coche accidentado.
M. Méndez
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.
Una joven de Vilagarcía sufrió un aparatoso accidente de circulación, minutos después de las seis de la mañana.
La conductora, que dio positivo en alcoholemia, no solo salvó milagrosamente su vida, sino que salió ilesa.
El turismo recorrió unos doscientos metros arrastrándose sobre la calzada y dando vueltas de campana hasta quedar convertido en un amasijo de hierros.