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Manuel Méndez
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M. Méndez
Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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Los pescadores deportivos de O Grove aún capturan el chopo, choco, jibia o sepia, con una técnica que muchos aprendieron de sus padres, y que estos habían heredado de los suyos. Se emplea, sobre todo, a la altura del puente de A Toxa. Solo se necesita paciencia, buen ojo, ganas de disfrutar y tres herramientas: un largo palo con el que mover muy despacio las algas entre las que se esconde el choco, otro palo provisto en su extremo de un pico o “potera” –de tres puntas, garfios, ganchos o anzuelos– para clavar a la presa y un saco de malla de red que se sujeta a la cintura, para guardar las capturas.
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