Soler: “Las pantallas han hecho caer en picado la salud mental de los niños”

“Nuestro objetivo como educadores y como familias es que el niño se sienta emocionalmente bien, pero a veces minimizamos la importancia de los problemas que les preocupan”, afirmó el psicólogo valenciano

Soler: “Las pantallas han hecho caer en picado la salud mental de los niños”

Soler: “Las pantallas han hecho caer en picado la salud mental de los niños”

Vigo

“El suicidio es una realidad que tenemos en nuestro país, pero de la que no se habla, muchas veces por desconocimiento, otras por miedo o porque no sabemos cómo abordarlo. Sin embargo, mirar hacia otro lado no hace que deje de existir”. Así lo aseguró ayer el psicólogo Alberto Soler, que abrió las conferencias de la segunda jornada del VIII Foro de Educación que organiza FARO de Vigo con el apoyo de la Universidad de Vigo (UVigo), FCC, Velgasa, el Concello de Vigo, la Diputación de Pontevedra y la Xunta de Galicia.

Soler recordó que el suicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes entre 12 y 29 años y que detrás de cada suidicio consumado en adolescentes hay entre 100 y 200 intentos. “El suicidio y las autolesiones son muy habituales durante la adolescencia. Esto nos indica que hay mucho malestar en estas etapas. El suicidio es un fracaso de todos y tenemos que tratar de identificar por qué pasa”, dijo.

Según el ponente, la cuestión es cómo identificar cuándo un niño está sufriendo ansiedad o estrés, dado que los síntomas pasan muchas veces inadvertidos o pueden confundirse con otros problemas, como el trastorno por déficit de atención o el síndrome del espectro autista. Por ello es importante hablar de este tema y saber que los niños no sólo necesitan tener cubiertas sus necesidades básicas de alimento, educación, salud y cobijo. El bienestar emocional también es importante. “El niño tiene que sentir que se encuentra bien y este es el objetivo que tenemos que perseguir como educadores y como familias, y para ello el niño necesita sentirse querido y sentir que forman parte del mundo en que viven, que se le escucha. Los niños también tienen preocupaciones, que son tan importantes como las nuestras. El problema es que muchas veces, los adultos las minimizamos, y si el adulto puede muchas veces elegir romper con aquella situación que le causa estrés; el niño no dispone de la libertad para hacerlo”, dijo.

Soler explicó que, aunque fue a raíz de la pandemia cuando se visibilizó la mala salud mental de los menores –según la Asociación Española de Pediatría, un 21% tiene trastornos mentales–, el problema viene de mucho antes. En este sentido, los estudios evidencian que comenzaron a dispararse a partir de 2010-2012. ¿La razón? La popularización de las redes sociales. “El uso de pantallas ha hecho que caiga en picado la salud mental de niños y adolescentes”, sostuvo Soler.

Por ello, aseguró que hay que retrasar el inicio de la exposición a las pantallas el máximo tiempo posible durante la infancia y se mostró partidario de regular el acceso a la tecnología, al igual que se hace con otras herramientas, como el coche. “A cualquiera nos sorprendería que unos padres entregaran las llaves del coche a un niño de 10 años. Sin embargo, le entregamos un móvil y le deseamos que lo disfrute, sin supervisión ni control”, comentó.

Según Soler, la digitalización en las aulas “también se cobra un peaje en el desarrollo cognitivo y del lenguaje”. “El móvil antes de los 6 años es difícilmente justificable y durante Primaria dudosamente justificable, porque también estamos abriendo la puerta a otras cosas”, advirtió.

El psicólogo aseguró que hay otras muchas causas que pueden generar malestar emocional en los niños: problemas sociales y relacionales, problemas escolares, sobrecarga de tareas académicas y deberes, falta de destrezas y habilidades, una elevada exigencia de los padres, exceso de actividades extraescolares; falta de horas de descanso y de tiempo para jugar, maltrato, carencias afectivas, acoso escolar y mal clima familiar, entre otros. “Vivimos, además, en una sociedad que no es amable con la infancia”, apuntó.

Sobre el acoso escolar aseguró que se trata de un serio problema que se ve agravado por las pantallas, que hacen que se extienda más allá del aula. “Para acabar con él tenemos que educar en la empatía y la ética, para que sepan reconocer estas situaciones y que denunciarlas es un acto de valientes, no de chivatos”, afirmó.

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