Considerado uno de los mayores expertos en inteligencia emocional de nuestro país y presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), el psicólogo y psicopedagogo Rafael Bisquerra será el encargado de abrir el VII Foro de Educación FARO EDUCA con la ponencia “Educación emocional y salud mental”. Una cita, la mayor con la comunidad educativa de toda Galicia, que reunirá a docentes y familias los próximos 6 y 7 de octubre en el auditorio Mar de Vigo para analizar los retos de la educación de hoy. 

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6 y 7 octubre 2023 | Auditorio Mar de Vigo
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En una de sus conferencias sugiere que siempre tendremos “motivos de sobra para amargarnos la existencia”, ¿ya no hay buenas noticias? 

Hemos de reconocer que siempre hay noticias malas que nos afectan y que pueden tener el poder de entristecernos y amargarnos la existencia. Más de un 30 % de la población sufre ansiedad debido a las malas noticias. Lo que pasa es que las buenas noticias “no venden”. Lo que “vende” son las malas.Cuanto más espectaculares sean, más interés suscitan. Esto es simplemente la aplicación de la “teoría de la asimetría hedónica”, que viene a decir que las emociones negativas son más intensas y más duraderas que las positivas. Hemos sido programados para aumentar las probabilidades de supervivencia y esto nos lleva a lo que metafóricamente denominamos la “fuerza de la gravitación emocional”. Si hay buenas noticias, no les damos importancia. En muchas lenguas existe la expresión: “No news, good news”; “pas de nouvelle, bon nouvelle”; “si no hay noticias, buenas noticias”. Lo cual deja muy claro que las noticias, en general, son malas. 

¿Pero...? Porque entiendo que tiene que haber un “pero”. 

“Se ha avanzado mucho, pero la mayor parte del profesorado aún no está sensibilizado ni formado, lo siento”

La vida es una secuencia de subordinadas adversativas: “si…, pero”. Siempre hay alguien que va a poner peros a lo que estamos haciendo; poner peros si decimos que las cosas van bien. Voy a tener el atrevimiento de afirmar que, a pesar de todo, estamos en el mejor momento de la historia. Contrariamente al dicho popular, cualquier tiempo pasado fue peor. ¿Quién preferiría vivir en el siglo pasado? ¿Tal vez hace 200 años, 300? ¿En la Edad Media; en tiempo de los romanos? ¿En la prehistoria? Si lo analizamos todo (medicina, salud, alimentación, educación, esperanza de vida, dolor, guerras, violencia, tecnología, etc.), probablemente lleguemos a la conclusión de que, a pesar de todo, nunca el ser humano había estado tan bien como ahora. Pero, incluso a esto le vamos a poner un “pero”. 

¿El aumento de problemas de salud mental entre los jóvenes y adolescentes es uno de esos “peros”?

“La regulación 
de la ira para la prevención de la violencia debería ser un objetivo básico de todo sistema educativo”

En tiempos de la pandemia han aumentado espectacularmente los índices de ansiedad, estrés, depresión, burnout, toc... Esto ha puesto de manifiesto que muchos de estos trastornos no son consecuencia de problemas genéticos innatos, sino de los estímulos que recibimos del entorno.No se trata de evitar las malas noticias. Pero sí de formar a las personas en autonomía emocional para que la sobreabundancia de ellas no provoque estas reacciones. 

¿Y aquí es donde entra la educación emocional?

“A pesar de todo, estamos en el mejor momento de la historia”

Puede jugar un papel importante para la prevención y la mejora de la salud mental. Una parte importante de los problemas mentales, en el fondo son emocionales (ansiedad, estrés, depresión), en gran medida debidos a estímulos ambientales que no estamos preparados para afrontar. Es decir, son consecuencia del analfabetismo emocional (no todos, pero sí una parte importante). Por esto es importante la educación emocional.

¿El camino para el “bienestar”?

“Si’, ‘pero’ ... La vida es una secuencia de subordinadas adversativas”

Así es: podemos prevenir y potenciar la salud mental a través del desarrollo de competencias emocionales. Este es el principal objetivo de la educación emocional, cuya finalidad es mejorar el bienestar. El bienestar emocional es la experiencia interior profunda caracterizada por paz interior, serenidad, fortaleza interior, equilibrio, plenitud, etc. Es una reconstrucción social y personal, resultado de un trabajo interior. En el fondo es el resultado de un proceso de aprendizaje. Hace más de cincuenta años se difundió la actividad física como una medida potenciadora de la salud física y así se difundieron los gimnasios. En el siglo XXI hemos de complementar la actividad física con la gimnasia emocional para potenciar el bienestar.  

¿Entender las emociones ayudará a resolver también los grandes problemas de la humanidad? 

“La vulnerabilidad es inevitable. Pero podemos compensarla ”

Una persona sin emociones sería como una máquina. Las emociones son lo que nos hace sentir vivos y lo que puede dar un sentido a nuestras vidas. En ellas está lo mejor y lo peor: el miedo, la ansiedad, el estrés, la depresión, la ira, etc. , pero también las alegrías, la empatía, la compasión, el amor, la felicidad. Por esto son importantes. Entenderlas y aprender a gestionarlas ayuda a ser más felices. La mayoría de los problemas de la humanidad, si bien lo analizamos, veremos que en gran parte tienen un sustrato emocional. 

¿Cómo encajan en todo esto las “competencias emocionales” que mencionaba antes?

“En los demás podemos encontrar las experiencias más gratas de la vida”

Las competencias emocionales son una respuesta a las necesidades sociales que no están suficientemente atendidas en la escolarización y en los medios comunitarios. Nos ayudan a tomar consciencia de nuestras emociones para poderlas regular de forma apropiada para potenciar la convivencia y el bienestar.

Una parte muy importante de la violencia es debida a la ira (rabia, enfado, enojo, odio) que no somos capaces de gestionar de forma apropiada. La regulación de la ira para la prevención de la violencia debería ser uno de los objetivos básicos de todos los sistemas educativos.  

Se habla mucho de “conciencia y regulación emocional”, pero usted mismo describe a menudo el “analfabetismo” existente en este sentido. La pregunta es ¿cómo podemos los adultos de hoy aprender a regular nuestras emociones para transmitírselo después a los más pequeños? 

“Muchos problemas de salud mental no son innatos, sino ambientales, consecuencia del analfabetismo emocional”

La educación en el siglo XX ha sido eminentemente cognitiva. De momento seguimos igual. Es importante tomar consciencia de la importancia de las emociones, de las competencias emocionales y de la educación emocional. El profesorado debería formarse en estos temas. También las familias. Estamos empezando. En primer lugar, se requiere una sensibilización de la importancia y necesidad de todo esto. Después se necesita una formación dirigida a todas las personas, principalmente al profesorado y familias. Con la intención de contribuir a la difusión de todo esto, se ha creado la RIEEB. Las personas interesadas pueden encontrar información y formación en la web: rieeb.com.

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¿Puede ponernos algún ejemplo concreto?

Una de las técnicas más importantes de la educación emocional es “remind”. Esta palabra resume: relajación, respiración consciente, meditación, mindfulness. Hay abundantes investigaciones que han demostrado como estas técnicas practicadas, a ser posible a diario (o como mínimo tres veces a la semana), tienen un gran impacto en la mejora del bienestar, prevención de ansiedad.

¿Hemos avanzado en educación emocional en los colegios?

Si comparamos los últimos treinta años, podemos decir que hemos avanzado mucho, ya que a principios de los años noventa no había nada. Actualmente hay una progresiva sensibilización en una parte del profesorado. También se está poniendo en práctica en algunos centros educativos. Pero queda un largo camino por recorrer en sensibilización, formación y puesta en práctica. La mayor parte del profesorado ni está sensibilizado ni formado, lo siento.   

¿Algunos “trucos” o “herramientas” para trabajarlo en el aula? 

Hay muchas herramientas, recursos, técnicas, etc. Por ejemplo: consciencia emocional, regulación emocional, tolerancia a la frustración, autonomía emocional, gestión de conflictos, potenciación del bienestar, fluir en el trabajo, pensamiento causal, pensamiento consecuencial, pensamiento de perspectiva, pensamiento alternativo, remind, focus group, etc.

Pero todo esto no se puede exponer en unas breves líneas. Sería como querer explicar la hermenéutica transformacional de la gravitación cuántica en dos líneas. Y lo que estamos hablando es tan complicado o más. Las emociones son uno de los fenómenos más complejos de la naturaleza. Por esto, tengo que insistir en que las personas interesadas busquen los recursos para formarse. Mejor si se hacen formación en los centros educativos a todo el claustro de profesorado.

 ¿Sentirnos vulnerables nos lleva a tomar malas decisiones?

La vulnerabilidad es inevitable. Pero podemos compensarla con autonomía emocional. La toma de decisiones se investiga actualmente desde la perspectiva de las emociones. La vulnerabilidad, que tiene que ver son el miedo y la ansiedad, en ciertas situaciones, puede activar la toma de decisiones errónea. Aprender a tomar decisiones responsables y acertadas a largo plazo es uno de los aspectos importantes de la educación emocional por la relación que tienen las emociones en la toma de decisiones. 

Otra vez recurro al cómo: ¿cómo se construye esa autonomía personal tan necesaria?; y una vez más: ¿cómo se la inculcamos a los más pequeños? 

La autonomía emocional se construye con: autoconocimiento, autoimagen positiva, autoaceptación, autoestima, autoconfianza, percepción de autoeficacia, automotivación, autorrealización. Todo esto se aprende. Pero no es fácil. El aprendizaje requiere tiempo (años), dedicación, entrenamiento. Aplicar las técnicas que hemos citado. Sería un error pensar que con una charla tenemos el problema de la humanidad resuelto.

¿Hasta qué punto influyen “los demás” en nuestro bienestar?

Se ha demostrado que experimentar momentos gratos con personas de confianza es una de las experiencias más satisfactorias que pueden tener las personas. Esto es una realidad constatada repetidamente. En los demás podemos encontrar los mejores momentos de nuestra vida. Pero también los peores. Como dijo Jean Paul Sartre, “l’enfer son les autres” (el infierno son los demás). La diferencia entre lo uno y lo otro, depende de cómo aprendamos a relacionarnos y a compartir nuestras emociones.

¿Qué elementos son clave para que esa relación sea satisfactoria?

Es importante el respeto, la empatía y la paciencia.

¿Una infancia con educación emocional implica una adolescencia y edad adulta más satisfactorias?

Así lo podemos interpretar a partir de las investigaciones sobre educación emocional. Siempre estamos hablando en términos de probabilidades, ya que la cantidad de variables que interfiere es tan enorme que no se pueden hablar nunca en términos absolutos.  

¿Un mensaje para quién nos lee?

La mayor manifestación de inteligencia es la capacidad para contribuir a la construcción del bienestar personal y social, a pesar de todo.

¿Un libro imprescindible? 

Muchos. No me gusta recomendar. Pero dado que estamos hablando de este tema voy a recomendar: “Universo de emociones”.

Cualquier otra cosa que considere oportuno añadir 

Gracias por contribuir a difundir la educación emocional. Animo a las personas interesadas a leer sobre educación emocional y competencias emocionales. Animo a los centros educativos a través de su dirección a implicarse en la formación del profesorado en educación emocional. Animo a consultar la web de la RIEEB (rieeb.com) para seguir formándose sobre estos temas tan apasionantes para nuestra vida. Muchas gracias. 

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