Las vacaciones de verano están, como quien dice, a la vuelta de la esquina y una duda empieza a asomar en muchas familias: tareas de refuerzo, ¿sí o no? Después de 10 meses de mucho trabajo, esfuerzo y madrugones es necesario desconectar y resetear cuerpo y mente. Todas la personas, pequeños y mayores, necesitamos este periodo de descanso, de desconexión. El verano es una época perfecta para hacer muchísimas actividades que el resto del año es muy complicado de realizar por diversos motivos: horarios de actividades extraescolares, tareas del colegio, incompatibilidad de horarios, etc.

Es fundamental realizar actividades al aire libre, volvernos a conectar con la naturaleza: ir a la playa a disfrutar del agua del mar y la arena, ir a la montaña, al río y descubrir olores, ruidos e incluso texturas desconocidas, etc. Y a poder ser en familia, y por familia entendemos también a primos, abuelos, etc.

Y si a todas estas “aventuras” en la naturaleza le añadimos el placer de la lectura el círculo se cierra de manera perfecta. Descubramos nuevas aventuras con la lectura: poesía, tebeos, libros estilo “Escoge tu propia aventura”, clásicos renovados, revistas,... pero sobre todo, demos ejemplo los adultos leyendo también. Dejemos el teléfono a un lado y, compartamos momentos de ocio y lectura con nuestros hijos.

Pero hay mucho más: conciertos de música, teatro, cine al aire libre, visitas a museos, actividades deportivas, actividades científicas o simplemente aburrirse. Aburrirse es una actividad muy necesaria en nuestro días ya que nos permite hacer volar la imaginación y despertar la creatividad. Todas estas actividades despiertan la curiosidad y se aprenden cosas tan importantes o más que lo que viene en el currículo escolar.

- Pablo Sánchez, docente