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Memorizar para sobrevivir al sistema

La experta en memoria Paula González explica las dificultades que encuentran los jóvenes que acuden a su academia y cómo podemos ayudarles a mejorar en el estudio

La importancia de la memoria en el sistema educativo genera debate.

La importancia de la memoria en el sistema educativo genera debate. / Envato

Paula González lleva desde los 11 años memorizando de forma literal cada texto que ha necesitado aprender para un examen. Como persona con TDAH, asegura que se tuvo que «adaptar por supervivencia» para sobrevivir a un mundo académico que «está hecho para soldaditos todos iguales» y no ofrece muchas salidas a las particularidades de cada alumno.

Tras superar la educación obligatoria con reconocimientos por «excelencia académica» y graduarse de Derecho con sobresalientes y matrículas, en 2020 decidió empezar a hacer directos en sus redes sociales para ayudar a otras personas a memorizar. Cinco años más tarde, Paula tiene una academia online en la que ayuda a opositores, estudiantes de todas las edades e incluso actores, a memorizar al detalle cualquier tipo de texto. Sus alumnos terminan contentos con el resultado, pero apunta: «Siempre que lo trabajen, claro. No hay trucos o milagros».

González explica que el perfil de sus alumnos tiene «un poco de todo», desde niños con TDAH o dislexia hasta estudiantes que simplemente procrastinan porque no les motiva lo que deben aprender. «El 95% tiene un problema con cómo funciona el sistema», asegura, y añade que el enfoque de la educación «no ha cambiado nada» desde su época de estudiante. La divulgadora critica que los alumnos se enfrentan a un «sistema supermemorístico» en el que las personas con TDAH u otras particularidades no encuentran su espacio.

La experta en memoria, Paula González, ayuda a aprender textos al pie de la letra a opositores, estudiante e incluso actores.

La experta en memoria, Paula González, ayuda a aprender textos al pie de la letra a opositores, estudiante e incluso actores. / FdV

Basada en su experiencia, considera que la incapacidad para memorizar bien para un examen termina provocando que el estudiante se ponga etiquetas a sí mismo y se frustre. En sus propias palabras, memorizar bien «no quiere decir que seas más listo o más tonto. Simplemente que estás más adaptado». Además, apunta que, a los niños, «las escuelas les dicen qué tienen que estudiar, pero no cómo lo tienen que estudiar».

Un método centrado en los hábitos

El método de su academia online (Memoria Extrema), se centra en dos puntos principales: el entorno y el hábito. «Tenemos comunicación con el niño o el adolescente porque queremos que sea cada vez más autónomo, pero también creamos un grupo de WhatsApp con él y sus padres», explica. De esta forma, analizan distintos aspectos del día a día del estudiante para detectar «dónde se está atascando» a la hora de estudiar.

González considera este método como un entrenamiento equivalente al de un deportista, donde primero «aprendemos a nadar y luego se nada en automático». Para ello, la monitorización del estudiante es importante. «¿Qué rutina lleva el niño o el adolescente a la hora de ponerse a estudiar? Llega del colegio, ¿y qué hace?». Según la experta en memoria, poner el foco en los hábitos y consultar con los padres qué consideran que puede estar dificultando el estudio es clave para terminar consiguiendo «favorecer una rutina saludable, automatiza e incluso motivadora».

Una vez localizadas las interferencias en el estudio, llega la parte práctica. González plantea el proceso desde el punto de vista de la organización y la repetición: «que le dé tiempo a todo» para asegurar que pueda «tener una buena salud mental y disfrute de la etapa vital en la que está». En lo que a retener la información se refiere, defiende que la memoria «funciona por imágenes y por recitar». Para ella, esto último es el equivalente memorístico al entrenamiento físico, un «ejercicio de esfuerzo» fundamental para mantener la memoria en forma.

Por su parte, las imágenes son una herramienta que podemos empezar a utilizar ya mismo para ayudar a nuestros hijos a estudiar. González enseña a sus alumnos a crear lo que ella llama ‘bonsáis’: esquemas párrafo a párrafo que facilitan la memorización de todas las palabras del texto. Con este sistema, se extraen tres o cuatro ideas clave del esquema y se simbolizan el resto de palabras con imágenes «emocionales e impactantes» que facilitan la asociación de ideas. Pone dos ejemplos con los que entendemos esta asociación. En el caso de los opositores, recomienda asociar una ley a una figura política. Por lo general, esto relaciona una emoción a lo estudiado (positiva o negativa, en función de la consideración que nos merezca el personaje escogido) y ese sentimiento pasa a ser una forma de evocar lo estudiado. Para los niños, podemos utilizar este método asociando el temario a cantantes que le gustan o series y películas que estén viendo en ese momento.

Eso sí, estos métodos no excusan un peaje impepinable. Los estudiantes «tendrían que ir repasando cada tres días o, como mínimo, una vez por semana».

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