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Dientes sanos, desarrollo sano: hacer trabajar la boca para cuidar la salud

Dieta seca, dura y fibrosa, así es la recomendación de la odontopediatra Antía Galego para que nuestros hijos desarrollen una buena dentadura

La odontopediatra explica las claves para asegurar el buen desarrollo de la salud dental de los más pequeños.

La odontopediatra explica las claves para asegurar el buen desarrollo de la salud dental de los más pequeños. / Envato

La salud bucodental es un elemento clave en el desarrollo de los más pequeños. Cuidar la boca de nuestros hijos desde antes de que asomen los primeros dientes puede evitarles muchos problemas en el futuro.

La odontopediatra de la policlínica dental Giraldo, Antía Galego, nos explica algunos de los hábitos que debemos evitar y que muchas veces pasamos por alto. Elecciones como lo que le mandamos para la merienda en el cole o la textura de los alimentos en algunas etapas de su desarrollo puede tener un mayor impacto del que creemos en lesiones y patologías futuras.

Cada una de las etapas del crecimiento de los niños hasta que llegan a la adolescencia -establecida, en general, alrededor de los 11 o 12 años- implica el desarrollo y el aprendizaje de nuevas funciones, pero también la necesidad de inculcar unos hábitos higiénicos y de cuidado específicos para cada momento. El primer año de vida, los primeros dientes, la forma correcta de lavarse lo dientes… Aunque muchos de estos aspectos son de sobra conocidos, la experta pone el foco en la prevención de problemas muy comunes relacionados con la falta de información.

Las lesiones más habituales en niños y preadolescentes son la gingivitis, las fracturas dentales, las maloclusiones o las caries. La especialista pone el foco en estas últimas a la hora de lanzar sus recomendaciones.

«Se recomienda no introducir azúcar en los dos primeros años de vida, y no me refiero sólo a gominolas u otras chucherías», señala Galego. La odontóloga explica que pasamos por alto la cantidad de azúcar y otros edulcorantes que contienen algunos alimentos como las galletas, los yogures con sabores, el kétchup o incluso los zumos caseros. La especialista infantil va un paso más allá y recuerda que «altos niveles de azúcar en sangre hacen que el niño esté más nervioso y que un consumo prolongado y frecuente puede llegar a desarrollar sobrepeso y enfermedades graves».

Además de evitar o minimizar el consumo de azúcar, la experta señala que el momento del día en el que se consumen los alimentos también importa. «No recomendamos nunca llevar al colegio o en la merienda alimentos azucarados, ya que no va a haber un cepillado de dientes y es un riesgo alto de que, si se mantiene en el tiempo, aparezcan lesiones de caries».

Dieta seca, dura y fibrosa

Otra de las recomendaciones en las que más incide Galego es en la consistencia de la dieta. Según explica, una alimentación con alimentos blandos puede ser un riesgo tanto para la caries como para el desarrollo de los maxilares, ya que estas dietas se han relacionado «con un déficit en el crecimiento transversal del paladar causando maloclusiones». Una dieta seca, dura y fibrosa es lo óptimo para un correcto desarrollo de los músculos masticatorios y un crecimiento correcto del hueso maxilar y mandibular. La odontóloga considera que «que la boca tenga que ‘hacer ejercicio’ favorece un correcto crecimiento.

«De nada vale curar esa caries y que los hábitos en casa sigan siendo los mismos», comenta Galego. La epigenética -nuestros hábitos- es clave a la hora de prevenir problemas importantes durante el crecimiento de nuestro hijo. Aun así, la odontóloga no pone toda la carga sobre los padres y matiza que, por ejemplo, «muchas maloclusiones tienen que ver con la genética».

Los primeros años e incluso meses del pequeño pueden definirán su crecimiento. Por este motivo, Galego no le resta importancia a ningún aspecto y pone el ejemplo de los dientes de leche, esenciales para el desarrollo óseo de los maxilares y en la salida de los dientes definitivos. Conocer la función de cada elemento que aparece a medida que el niño crece, nos ayuda a prevenir patologías en el futuro.

En este sentido, la especialista tranquiliza a los padres y les recuerda que no tienen por qué saber detectar su la alimentación que le dan a su hijo puede estar afectando a su salud bucodental ni qué hábitos comunes y extendidos pueden resultar problemáticos. Insiste en que la labor de su gremio también es informativa y que una parte importante de su trabajo consiste en informar a los progenitores y trabajar en la prevención antes que en la cura. Su consejo: «una primera visita antes del primer año de vida para dar toda la información y que el niño crezca con una salud bucodental buena».

En esta primera visita, el especialista realizará una «pequeña exploración» al bebé, pero la mayor parte del tiempo estará dedicada a resolver dudas y darles a sus padres todas las herramientas que puedan ayudar a garantizar que crezca sano y se desarrolle sin problemas. Para resumir la importancia de esta primera visita, Galego cita a la Academia Americana de Odontopediatría y su suma para la buena salud bucodental: «1º año de vida + 1ª visita al dentista= 0 caries».

Recomendaciones específicas y hábitos a evitar:

  • Retirar el chupete pronto: Lo mejor es que abandone su uso entre los 12 y 24 meses. Este tipo de succión favorece la deglución atípica, es decir, que la lengua se sitúe entre los dientes para tragar en vez de apoyarse en el paladar, provocando una mordida abierta.
  • El problema del biberón: Debemos retirar el biberón antes de los 18 meses. Al igual que el chupete, su uso deriva en maloclusión y deglución atípica.
  • Vigilar la respiración oral: Si detectamos que nuestros hijos respiran por la boca en lugar de por la nariz de forma habitual, lo mejor es consultar con un especialista para obtener una valoración.
  • Revisar el frenillo lingual corto: La anquiloglosia, o frenillo lingual corto, puede causar problemas con la lactancia materna o con el biberón, pero, si no se detecta en los primeros meses de vida, puede causar problemas con la masticación, alterando el desarrollo orofacial sobre todo el paladar.
  • Vigilar la succión digital prolongada: Si este hábito se prolonga más allá de lo habitual, debemos consultar con nuestro pediatra u odontopediatra
  • Masticar por los dos lados: Si a la hora de comer detectamos que el niño mastica por un solo lado, debemos acudir a consulta para revisar que no haya alguna lesión en el lado que no utiliza.

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