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Faro Educa: Un viaje compartido

El suplemento conmemora lo 500 números con un recorrido a lo largo de estos últimos años junto a su comunidad educativa y repasando los hitos y portadas que marcaron el camino

Collage de portadas de Faro Educa.

Collage de portadas de Faro Educa. / Simón Espinosa

Vigo

Los números redondos encierran siempre un valor simbólico. Los 500 de Faro Educa resumen un viaje que comenzó hace años y que, edición tras edición, fue tejiendo historias, rostros, proyectos y sueños hasta dar forma a lo que hoy es este suplemento educativo. Su camino no empezó con este nombre ni con estos colores tan reconocibles: primero fue Escola do Faro, después Faro da Educación, más tarde Faro Educa con otra identidad, hasta llegar al azul y al naranja actuales, que lo llenan de vitalidad. Esa evolución refleja, en el fondo, la propia esencia de la educación: siempre en constante cambio.

Con el paso de los años, Faro Educa se consolidó como un espacio imprescindible para la comunidad escolar. Cada edición ha sido una ventana abierta a las aulas, un escaparate donde docentes y alumnado comparten lo que hacen y lo que sueñan. Más que un suplemento, se convirtió en un auténtico puente entre la enseñanza y la sociedad, un foro donde enseñar también significa aprender.

Este aniversario no es solo la celebración de una cifra redonda, sino también la emoción de quienes lo han acompañado desde el principio y reconocen el valor que ha tenido en su día a día.

Desde el CEIP Chans Bembrive, la docente Luisa subraya que Faro Educa no es únicamente un archivo de recuerdos, sino un motor de motivación constante: «Este aniversario non só marca unha cifra redonda, senón que reflicte o compromiso constante co ensino, a cercanía co profesorado e o alumnado e o desexo de compartir e dar valor ao traballo que se realiza cada día nas nosas aulas».

Para ella, el suplemento ha demostrado que la enseñanza siempre va de la mano del aprendizaje compartido: «O Faro Educa é un espazo onde ensinar tamén significa aprender, e onde cada suplemento foi unha oportunidade para mostrar o que somos capaces de construír xuntos».

La vicedirectora del CEIP de Laredo, Ana Cristina Bugarín Pumar, recuerda cómo Faro Educa se convirtió en una herramienta transformadora dentro del aula:«Os suplementos de Faro Educa non son só papel e tinta, senón un mapa do tesouro que enriqueceu cada aula e conectou a toda a nosa comunidade».

Explica que, semana tras semana, los ejemplares se convirtieron en auténticos recursos de aprendizaje: «Cada suplemento foi unha enciclopedia viva, unha oportunidade para investigar, debater e crear en equipo». Desde Infantil, con juegos y cuentos ilustrados, hasta Primaria, con reportajes e investigaciones, todo el alumnado vivió la experiencia como un espacio de motivación y descubrimiento. En palabras de Ana Cristina, los estudiantes se sintieron «capitáns da súa propia historia».

Con una mirada más amplia, el profesor Javier Estévez, del colegio Divino Salvador, resalta la función social del suplemento:«Un suplemento educativo como Faro Educa exerce esta labor de ponte tan necesaria hoxe en día entre a ensinanza e a sociedade».

Advierte de que la educación del siglo XXI no puede encerrarse entre paredes: «Debe romper barreiras… e os medios de comunicación son un elemento indispensable para o cambio que as novas xeracións piden».

También reconoce haberse sentido acompañado en este camino: «Atopaba artigos que me inspiraban e proxectos nos que o meu alumnado se vía reflectido, algo que lles deu orgullo e motivación».

Así, la celebración no es solo un número redondo, sino la certeza de un legado vivo: el de tantas aulas que escribieron —y seguirán escribiendo— una historia común en la que la curiosidad, el pensamiento crítico y la creatividad mantienen encendido el faro. Un faro que guía, une e inspira. Un faro que, edición tras edición, convierte la educación en noticia y a la comunidad educativa en su protagonista.

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