Alicante
Lo que soportan los docentes: pedos, eructos y cuentas falsas
Una profesora relata que le abrieron un perfil en Instagram con comentarios despectivos y que alumnos le gritaban por los pasillos
A. Fajardo
Las faltas de educación proliferan en las aulas y acaban siendo objeto de partes disciplinarios hacia los alumnos. Profesores de institutos de la provincia aseguran que han tenido que lidiar con insultos, amenazas, hasta pedos y eructos en clase, motivos que muchas veces no se denuncian.
El pasado curso a una profesora de la provincia le crearon una cuenta falsa en Instagram con su nombre y apellidos donde publicaron vídeos de gente bailando reguetón, acompañados de comentarios con alusiones a ella y risas: una suplantación de identidad en toda regla que no se quedó ahí.
La docente, que no quiere revelar su nombre para no tener represalias, tuvo que aguantar que por los pasillos del centro gritaran su nombre y le pidieran que bailara una canción que desconocía y sin venir a cuento. Cada vez que se lo decían se quedaba descolocada hasta que un estudiante le confesó lo que estaba pasando.
"Les pedí un respeto y que me explicaran de dónde salía lo que me estaban diciendo y quién había creado la cuenta, me negaron que fueran ellos y me dijeron que era cosa de amigos", relata la afectada. Consciente de que lo que estaba enfrentándose era un caso de acoso, acudió rápidamente al equipo directivo para advertir de lo ocurrido y para tomar medidas.
"Vimos qué alumnos eran los que estaban comentando en esa cuenta que yo nunca abrí y lo pusimos en conocimiento de sus familias, informándoles que lo que estaba pasando era motivo de denuncia y que podíamos tomar medidas legales", añade. A los días la cuenta falsa fue eliminada. El aviso a los padres surtió efectos casi de manera inmediata.
La afectada admite que el conflicto que ella sufrió "no es ni mucho menos lo más fuerte que llegan a soportar los profesores". A ella le ayudó tener "una autoestima alta", asegura, porque de lo contrario "otros se podrían haber venido abajo y así se lo trasmití a los alumnos, este tipo de cosas pueden generar muchos problemas si se lo hacen tanto a otros compañeros, como a los profesores". De hecho, a esta docente sus alumnos de Secundaria le reconocieron que sabían perfectamente que lo que le habían hecho era bullying.
Tras 15 años de experiencia dando clase, advierte de que el profesorado "está más expuesto que nunca a sufrir este tipo de acoso por el uso indebido de las redes sociales, una herramienta donde no solo hay insultos hacia los maestros, sino también hacia los alumnos".
Grupos de Whatsapp
De hecho, asegura que los grupos de WhatsApp que se crean los chavales para preguntar por los deberes es "el principal foco de problemas» que se dan en las aulas porque no solo se comparten contenidos de clase, sino que también aprovechan para colar pornografía, cuando los padres no revisan las conversaciones, al igual que memes a los profesores, o incluso se le hace bullying a los alumnos excluyéndolos de esos grupos. "Se generan conflictos que nos acaban salpicando. Les recomendamos que esos grupos no los tengan, que no son necesarios para los deberes, pero es inevitable que los creen», afirma.
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