Si hace unos meses hablábamos de la incursión de las niñas en el deporte rey, típicamente masculino, esta vez nos vamos a la danza, una disciplina física que también se tiende a relacionar más con las mujeres. Pero, ¿quién no tiene en mente a Barýshnikov cuando hablamos de ballet clásico? O en el cine: desde los inicios de la gran pantalla hemos visto bailarines como Gene Kelly, llegando a la estrella de las conversaciones cuando se trata de baile entre niños: Billy Elliot. Los referentes están ahí pero, ¿los niños quieren bailar?
Inés Núñez, maestra de ballet del Colegio Cluny y en la Escuela que lleva su nombre tiene que salir de las extraescolares para encontrar a Matías, el único niño de Vigo que baila en su estudio: “El motivo principal y que lleva todos estos años detrás del ‘poco interés’ de los niños en ballet es por desgracia el mismo de siempre” explica la profesora. “Se piensa que es exclusivamente para niñas, y los pocos niños que están interesados se guían por malas opiniones externas y lo terminan dejando, o directamente ya ni lo intentan”.
Y es que la opinión de la mayoría aún se deja llevar por los estereotipos. Por eso, en cuanto un niño aterriza en el estudio de baile, se intenta romper con todo lo preconcebido, explicando la importancia que tienen los chicos en el ballet: “Especialmente a los más pequeños, de 4 a 6 años, les enseñamos vídeos de cómo hacen portes con las chicas y lo fuertes que tienen que estar para elevar a una bailarina. ¡Es puro músculo!”
Esta pedagogía de la danza se aplica a todo, hasta a la ropa: “No, no llevan tutú.Y si lo llevasen ¿qué?”
Matías, que estudia en el Colegio Apóstol, también nos explica que lleva bailando desde los seis años, y este es el tercero que viene a clases de ballet, por lo que ya conoce bien a sus compañeras y se ha acostumbrado a que todas sean chicas. Nos sorprende su reacción cuando le preguntamos si le gustaría rodearse de otros niños durante las clases: “Tiene sus pros y sus contras. Si bailasen más chicos ya no sería el único y no se burlarían de mi (en Segundo unas niñas se rieron porque me gustaba el ballet), pero si vienen más no destacaría tanto”. Y es que Matías se interesó por esta danza porque le enccanta actuar, pero también porque “sabía que muchos bailarines famosos fueron chicos”.

Aún con esos referentes históricos, a veces a quién más cuesta convencer es a los padres, aunque Inés nos cuenta que en su caso es ejemplar: “Cuando ven bailar a los chicos en los festivales tienen mucho éxito. Vamos poco a poco, y el mundo de la danza es complejo para lograr una participación igualitaria. Aún así, siempre tuvimos alumnos para dar ese ejemplo a posibles futuros compañeros.”
Aunque Matías nos cuenta que cuando sea mayor quiere seguir bailando, pero como profesional se dedicará al periodismo: ¡esperamos la segunda parte de este reportaje de su puño y letra!
Jornadas "Achégate á igualdade"
El interés (o la falta de él) parte en muchas ocasiones de las familias. Adultos que conforman el entorno del niño y todavía se dejan llevar por estereotipos. Por eso, el próximo jueves 16 y bajo el lema “Queres formar parte? Novas masculinidades, novas oportunidades” se celebra en la Casa de Cultura de Bertamiráns una jornada gratuita en la que se abordarán temas como la diferencia de género en distintas disciplinas deportivas (“A forza do desexo fronte aos roles de xénero establecidos no deporte”).
Las ponencias incluyen la presencia de profesionales en campos dispares, como Vero Boquete (futbolista), Carlo Signiorini (patinador) o Martín Casal (gimnasta).
Así, se incluyen temáticas en torno a esas “nuevas masculinidades”, esas que son alternativas a la hegemónica desde una mirada más sana e igualitaria. Por eso, combina las intervenciones de profesionales con dos talleres simultáneos: “Os homes e a igualdade. Outros modelos de masculinidade para previr a violencia de xénero e os abusos sexuais” y “Claves para comprender as masculinidades e ferramentas de intervención con homes".