Ni la cafetería, ni poder salir por ahí, ni ninguno de los argumentos que les dan sus compañeras. A Antón, que está en 6º de Primaria, que de mayor quiere ser historiador, y a quien interesa especialmente la Guerra Civil Española, nada le convence para justificar su marcha del cole en el que ha cursado toda la Primaria para ir al instituto: “¡Pero si estamos aquí tan a gusto y nos tratan muy bien!, ¿para que nos vamos a mover?”.
Bocadillo de pavo y fruta; juegos que son mates; bibliotecas de cuento que huelen a vainilla porque así huelen los libros. ¡Ay, los coles! Los 458 números que firma este suplemento, el suplemento FARO EDUCA, no tendrían ningún sentido sin lo que ocurre entre sus pasillos y aulas cada día y es por ello que hemos decidido visitarlos, con cámara, luz y taquígrafos, para despedir el curso a su lado, in situ.


Un vídeo cuyos protagonistas, claro, tenían que ser ellos: alumnos y profesores; los mismos que día a día hacen posible que la educación siga evolucionando, sumando, mejorando. Que son proactivos, que no pierden las ganas, que nos llaman con ilusión para hablarnos de un nuevo certamen, un campeonato deportivo, una excursión, una gala escolar, una nueva propuesta didáctica… y nos la contagian para seguir contando lo que nos cuentan con ganas.
En una época que se atrinchera en la queja y la negatividad, es un auténtico regalo asomarse entre los muros y baldosas de colores de los centros educativos, donde sin duda quedan todavía muchos retos por abordar (de los que nos hemos hecho eco — y seguiremos haciéndolo—), pero donde en cada esquina tropezamos también con ejemplos que nos permiten exclamar con orgullo: “¡Cuánto hemos cambiado!”
Convencidos de que aprender no es ni debe ser algo aburrido, y mucho menos un motivo de miedo, toda una generación de profesores se las arregla día a día para despertar la curiosidad y la alegría de su alumnado, sin límites para el aprendizaje en una aventura que es, de hecho, la mejor metáfora de este proceso.
Decimos adiós como lo hacen ellos, con un dibujo y un abrazo porque, como dice Elora, de 1º de EP, “lo hecho en casa no cuesta dinero y ahora está todo carísimo
Buenos maestros ha habido siempre, pero ahora parecen más. Se nos dice que todo esfuerzo tiene su recompensa y, al menos en este caso, podemos decir que se cumple porque el suyo puede sentirse ya en las aulas de Educación Primaria actuales, donde miles de alumnos, como Antón, se sienten tan tan “a gusto” que no hay forma de convencerlos de la conveniencia de marcharse, y en los que, contra todo pronóstico, las “mates” se han convertido en una de las asignaturas favoritas de los chicos y chicas.
Y para muestra un botón porque, cuando vamos a las clases de 1º de EP del CEIP vigués Pintor Laxeiro para ponerlo todo patas arriba y pedirles a los estudiantes que, por una vez, sean ellos quienes califiquen con notas, el sobresaliente se lo llevan de lejos “las sumas con llevadas”, tal y como nos cuentan primero Alai y después Carmen, y es que: ¿a quién no van a gustarle “esos números acompañados de una rayita que, con otros números, hacen un número distinto”?
Cuadros, banderas, paisajes, planetas, ángulos, árboles, instrumentos de cartón, “semillitas”, cartulinas... también destacan este año en un balance del curso escolar en el que, en en el CEIP Pintor Laxeiro, triunfaron especialmente la barra del parque de bomberos y las plantas carnívoras de Casa Planta; por cierto una herramienta muy recomendable para limpiar las casas en verano y no tener mosquitos.
¿O no tanto? Pues depende de a quién se lo preguntes porque Aarón, ya os adelantamos, no lo tiene nada claro.
También Liz, Lucía, Alex, Daniela y Leo se lo han pasado en grande este curso; y puede que en todo ello hayan tenido algo que ver profes como Raúl, que, en su primer año tras sacarse la oposición, solo tiene un deseo para el que viene: quedarse aquí, con sus chicos; o Patricia, que en las excursiones se pasa el día contando a sus “peques” de Infantil; o Tamara, la jefa de estudios, a quien la experiencia le ha enseñado con los años que “más importante aún que el resultado es el modo en el que se sienten los niños”.
"Sigue, no sabes cuánto te va a apasionar lo que vas a hacer en el futuro"
Entre charla y charla se nos ha pasado ya buena parte de la mañana. Es el cambio de hora y estamos en otro cole: el CEP Plurilingüe Santa Tegra, donde, en lugar de un timbre corriente, suena Tina Turner. Al ritmo de “Simply the best!” y rodeados de títulos como ‘Geronimo Stilton’, ‘Doña Problemas’ o ‘Los Futbolísimos’, los libros tienen también emociones que podemos colorear como mandalas. Los alumnos de 2º nos descubren realidades como “las máquinas simples”; en 1º triunfa Plástica, según coinciden Olivia y Benjamín; y, de la historia del SXX, en 6º se han quedado con un nombre: “¡Y lo de Franco!”.
La lección parece aprendida: lo más importante es “compartir” y “trabajar en equipo”; y todos se portan “siempre bien”, excepto, claro, “cuando no lo hacen”.
“A veces queremos que los niños sean lo que nosotros no fuimos. Son niños y tienen que hacer de las suyas, pero con límites funcionan muy bien”, sonríe Manel, que, tras más de tres décadas de profesión, “qué se dice pronto”, tiene claro lo que le diría a su yo del pasado estudiante de Magisterio: “Sigue porque no sabes lo que te va a apasionar lo que vas a hacer en el futuro”.
Lo mismo en el caso de Leire, que nos dice que de este curso se queda con los momentos divertidos que han pasado juntos y, mientras lo dice, se nota en su cara que, en el cole, ella se lo pasa bien y los demás se lo pasan bien con ella;que como deseo pide “menos recursos materiales y más humanos”;y que responde así cuando le preguntamos qué hacen para que alumnos como Antón no quieran irse nunca del cole: “Darles mucho cariño, que se lo pasen bien. Tenemos claro que lo primero es crear un buen clima; luego, ya vendrá lo demás ”.
“Ahora toca descansar, olvidarse de todo lo del cole. Este verano, a pasarlo lo mejor posible, a disfrutar y a cargar pilas; y en septiembre, aunque en el piso de abajo, aquí sigo y seguiremos viéndonos"
“Ahora toca descansar, olvidarse de todo lo del cole. Este verano, a pasarlo lo mejor posible, a disfrutar y a cargar pilas; y en septiembre, aunque en el piso de abajo, aquí sigo y seguiremos viéndonos. Os voy a echar mucho de menos”, se despide la profe y nosotros queremos hacerlo como lo hacen sus chicos y chicas: con un abrazo y un dibujo hecho en casa — “que así no se gasta dinero que está todo carísimo”, dice no sin razón Elora mientras Hache sonríe a su lado: “Yo desearía ser la que cambia los precios”—. Y con un agradecimiento sincero como el de Eloi, Leire y Sabela: “No queremos cambiar, gracias por portarte tan bien con nosotros. Hemos disfrutado mucho”. Nosotros también.