Los docentes responden

Tres preguntas (que nunca hiciste) a tu profe de mates

¿Estamos predeterminados para que se nos den mal? ¿De verdad tienen una parte bonita? ¿Qué podemos hacer para aprobar? Isabel Hernández Dorado, jefa de estudios de Jesuitas, despeja la incógnita en FARO EDUCA

Isabel Hernández,  profesora de Matemáticas  y jefa de estudios  de Jesuitas.

Isabel Hernández, profesora de Matemáticas y jefa de estudios de Jesuitas. / Faro

María Bueno

María Bueno

Ahora sonreímos al imaginárnoslo, pero también algunos de nosotros fuimos esos niños de 1º de la ESO que, con la mayor naturalidad del mundo, le soltamos a nuestro profesor de Matemáticas que “no había nada que hacer, que esta materia se nos había dado mal desde siempre, de toda la vida”.

“Al principio, esto me sorprendió mucho: dicen ‘de toda la vida’, pero date cuenta de que solo tienen 12 años, es que no han ni empezado”, relata Isabel Hernández Dorado, jefa de estudios del colegio Apóstol Santiago (Jesuitas), tras acceder a protagonizar nuestro pequeño experimento: hacerle a la ‘profe’ las tres preguntas que siempre hemos tenido sobre las ‘mates’.

Y es que qué tiene esta materia de especial para haber sido la más temida por generaciones y generaciones. Es como si desde muy pequeños asumiésemos que estamos predeterminados para que se nos den o muy bien o muy mal; así: sin grises y sin solución ni remedio posible, pero: ¿es eso cierto?

“No, o desde luego no del todo, porque aunque pueden influir variables genéticas, tienen mucho más peso otro tipo de factores y, además, todo esto puede ir cambiando a lo largo de la vida, según lo vamos entrenando”, responde para introducir el que es uno de los elementos más importantes de la ecuación: nuestra motivación

Tras más de dos décadas en las aulas, la maestra ha comprobado que existe al menos una correlación entre nuestras primeras experiencias con las matemáticas y la actitud con la que nos relacionamos con ellas: “Si a nuestra familia les gustan, es muy posible que nos las introduzcan casi sin darse cuenta como algo divertido. Y a la inversa: si en casa han tenido experiencias negativas, pueden transmitírnoslo después a nosotros”.  

Claves en el aula

“Con cada experiencia positiva, te entran más ganas de avanzar hasta descubrir la parte más bonita”, añade Hernández y aquí es donde se detiene la entrevista porque sí, sí hay una parte bonita (y sobre todo muy útil) de la asignatura

Quién iba a decirnos que aquellos símbolos extraños de la libreta saltarían a la realidad para facilitarnos algunas de las cosas más importantes de nuestro día a día: las gestiones burocráticas, sí, pero también la decoración de nuestros salones, la planificación de los viajes o la belleza de nuestras fotos, amén del entendimiento de la sociedad en la que vivimos, la política, el medio natural, la música, la poesía… 

“Es fundamental que lo sepan. Cuanto más mayores, más fácil será demostrarles que están en todo lo que nos rodea, pero ya desde pequeños tienes que conectarlas con la realidad”, dice Isabel, para quien no solo no estamos abocados al fracaso, sino que “todos somos potencialmente capaces de sacarlas adelante”: “A todos los niños se les pueden dar bien porque, de hecho, para eso ha sido diseñado el currículum”. 

Será más fácil con los ingredientes adecuados: 

1.- Actividades manipulativas e interactivas. Para una gran parte del alumnado, una clase magistral no basta. Que interioricemos los conceptos va a depender de que podamos verlos, tocarlos, manipularlos: “En el caso de las ecuaciones, dedicamos varias sesiones a jugar con fichas y una balanza hasta que interiorizan que consisten en una relación de igualdad”. Jugar con las matemáticas no es una pérdida de tiempo, sino la mejor forma de sentar bases que usarán toda la vida. 

2.- Desafíos VS operaciones mecánicas. También es importante dedicar más tiempo a plantearles preguntas, a hacerles pensar: “Imagínate en estadística: somos un grupo de biólogos que quieren estudiar los mejillones. Lo primero es qué necesitamos saber, qué variables tenemos. Luego ya lo aterrizaremos en fórmulas”. 

3.- Preguntas de suelo bajo y techo alto. Además, debemos darles tiempo para que resuelvan los problemas:“De lo contrario, siempre nos van a responder los mismos y el resto ya no lo va ni a intentar”, cuenta la docente, que apuesta por trabajar con preguntas de suelo bajo y techo alto, “en las que unos podrán profundizar más y otros menos, pero en las que todos entrarán”. 

4.- Gamificación. “Cuando empecé y observé que ya llegaban teniendo manía a las matemáticas, decidí diseñar una gamificación, ‘Los diez reinos matemáticos’, en la que iban conquistando ciudades a lo largo de los temas. Como querían que su grupo ganase, participaban y se esforzaban. Hubo niños que no tenían buenos resultados y acabaron el curso con notable”, explica Hernández, que, aunque matiza que la motivación extrínseca no es lo más ideal, sí puede servir para empezar y lograr la implicación de todos. 

5.- Evaluación formativa. Empieza a cobrar cada vez más importancia para que aprendan a partir del error, que descubran por sí mismos en lo que fallan de modo que lo interioricen; y también para que entiendan que el error puede ser algo positivo, parte del aprendizaje. Para poder revisar lo que han hecho es fundamental el orden.

6. Personalización de los contenidos. “Al final, todo camina hacia la personalización, tienes que ver que grupo tienes y en función de eso diseñar actividades y buscar recursos porque no todos te van a seguir igual”.

Matemáticas y teatro están más relacionados de lo que parece.

Matemáticas y teatro están más relacionados de lo que parece. / SHUTTERSTOCK

¡Operaciones "entre bambalinas"!

Con GeoGebra

Hasta 80 docentes participaron en la Jornada ‘III Día GeoGebra de Galicia 2023’, organizada por la activa Asociación Galega do Profesorado de Educación Matemática (AGAPEMA) y celebrada en el IES As Barxas de Moaña. 

Gran balance de participación entonces en la que ha sido una oportunidad única a la hora de conocer las posibilidades que ofrece el software matemático GeoGebra con situaciones de aprendizaje concretas como ‘Matemáticas en el teatro’, diseñadas por Débora Pereiro Carbajo, profesora en el instituto moañés y considerada un referente en el manejo de esta herramienta. 

Números y operaciones se cuelan asín entre bambalinas con problemas como ‘¿Cuál es la mejor butaca para ver una obra de teatro?’, en el que el alumnado trabaja trigonometría;o ‘¿Cuál debe ser el precio de la entrada para obtener un beneficio máximo o pérdidas mínimas?’, cuyos desarrollos al completo (enunciado y solución) están disponibles en abierto online en https://www.geogebra.org/m/vjcfrtab y https://www.geogebra.org/m/brknynvt

Y si de demostrar la enorme aplicación práctica de las matemáticas se trata, no podemos dejar de mencionar el éxito que tamen bien tuvo ‘La piscina en el jardín de casa’ para trabajar Área y volumen, Aritmética y Funciones: https://www.geogebra.org/m/wxq5fncq.