5 claves para disfrutar 
de las vacaciones de Navidad en familia

La experta Marián Cobelas comparte cinco claves para disfrutar más de las fiestas de Navidad en familia.

La experta Marián Cobelas comparte cinco claves para disfrutar más de las fiestas de Navidad en familia. / SHUTTERSTOCK

María Bueno

La educadora y coach de familias especializada en Disciplina Positiva Marián Cobelas sabe que la Navidad es una gran época para disfrutar en familia, pero también es consciente de que no siempre todo “es tan idílico como parece”. 

Recomienda que no nos autoexijamos tanto y comparte actitudes y actividades útiles para nuestros hijos y nuestras relaciones familiares, sin recetas mágicas y a través del conocimiento del funcionamiento de nuestro cerebro y nuestras emociones

1.- Comunicación y tiempo de calidad

Abrir vías de comunicación y pasar tiempo de calidad son dos pilares clave en la familia. Estos días de fiestas en los que disponemos de más tiempo pueden ser una buena oportunidad para generar un espacio de escucha activa con nuestros hijos. Debemos elegir actividades que nos permitan estar en calma a todos, tanto a ellos como nosotros, sin elementos estresores, como las excursiones a la naturaleza o las manualidades.

2.- Ni castigos ni premios

Cuando llegue el conflicto, debemos huir de las riñas y de los castigos. Es fundamental emplear herramientas respetuosas que permitan a nuestro hijo entender por qué debe hacer o no hacer las cosas. En este sentido, debemos evitar que el niño actúe por miedo a través del castigo, pero tampoco son buenos los premios: “si haces esto, te doy esto”. Existen múltiples herramientas de gestión emocional que les ayudarán a reconocer y gestionar sus emociones de forma sana y a responsabilizarse de su conducta, no desde la culpa, sino desde una perspectiva útil: qué podemos hacer para la próxima vez, cómo podemos reparar el daño… Debemos acompañarles en el proceso. 

3.- Las notas tienen "consecuencias"

Ya sabemos que el castigo y las riñas no ayudan porque generan culpa y miedo en el niño y le bloquean, y que resultan peligrosos para su autoestima porque refuerzan en él creencias como ‘no soy capaz’ o ‘no valgo’. ¿Qué hacemos entonces frente a una mala nota? Lo primero es mucha empatía, aunque no lo creamos, les importa mucho lo que pensemos de ellos; y, lo segundo, acompañarle en la búsqueda de soluciones teniendo en cuenta que, a diferencia del castigo, las consecuencias están relacionadas con la conducta a señalar.Es decir, si yo suspendo y tengo que aprobar en la siguiente evaluación, voy a tener que dedicarle tiempo en Navidad, lo que es muy distinto a: “Como has suspendido, este año te quedas sin…”, que sería un castigo. 

4.- Gestión del uso de pantallas

Es el tema estrella y en general hacemos un uso abusivo. Las vacaciones son una gran oportunidad para alejarles de las pantallas, pero no podemos pretender que no haya conflicto cuando pongamos límites porque un niño aún no tiene el control de impulsos desarrollado y estamos hablando de algo adictivo. Como adultos, nos toca mantener la calma, empatizar con ellos y acompañar la pataleta de forma sana hasta que se le pase, que se le pasará. Todo lo cual no significa ceder, debemos mantenernos firmes.

5.- Regalos: sí, pero con límites

Con toda la buena intención del mundo, abuelos, tíos o incluso los propios padres pecamos de comprar en exceso. Está demostrado que los niños cada vez valoran menos sus juguetes, no porque sean “peores” de lo que éramos nosotros, que para nada, sino porque simplemente tienen demasiados. Haría una apuesta por la reducción y por regalar más experiencias que cosas: una tarde de cine o una merienda en su sitio favorito. Porque de ese modo, al final, lo que estamos haciendo es crear recuerdos, que le van a servir para toda la vida. Solo tenemos que vernos a nosotros mismos cuando echamos la vista atrás.