Con un nuevo curso llegan nuevas posibilidades: ¿Tenemos en casa a un incicipiente artista revelación del arte contemporáneo? Tal vez sea el próximo Balón de Oro, o quizás la nueva medallista olímpica de taekwondo. O puede que el conservatorio sea el lugar perfecto para pasar las tardes y, de paso, tocar la guitarra, el piano y el violín. Y seguro que abre muchas puertas ser políglotas antes de los dieciocho.

¿Y si son todas a la vez?

Con el comienzo del ciclo escolar muchos no solo tienen que escoger las optativas del colegio o el pupitre en el que sentarse. También llegan las actividades extraescolares, una decisión que ocupará la otra mitad del día, fuera de las horas lectivas pero dentro del calendario académico.

Los pedagogos advierten de lo importante de no sobrecargar los horarios y atender a los gustos de cada uno, ya que sin una motivación real conseguiremos el efecto contrario: que aborrezca la actividad en lugar de fomentar un talento en potencia. Cada niño o niña es distinto, así que lo que puede o no puede compaginar variará según las circunstancias, pero las actividades extraescolares no deben comprometer ni quitar tiempo al estudio de la escuela habitual.

Y entre todas esas dudas, normas, listas interminables de clases particulares y las necesidades de combinar horarios de padres e hijos, es donde aparece el teatro.

Esta actividad lúdica y educativa combina en una sola los beneficios de muchas asignaturas extraescolares, que pasan desde mejorar las habilidades comunicativas hasta practicar la memoria mientras perdemos la vergüenza. Y lo más importante, pasándolo bien.

Enumeramos algunas de las ventajas de practicar este arte, para pequeños y no tan pequeños, con la ayuda de una profesora especializada.

Ya lo decía la canción: 'lo tuyo es puro teatro'.

AUTOESTIMA

Especialmente, el teatro es una vía para ganar confianza y trabajar la autoestima. "Al fin y al cabo, los ensayos son un proceso de trabajo en donde representan personajes delante de sus compañeros", señala Rocío Salgado, maestra de teatro en Ártika.

A veces esos ensayos están llenos de improvisaciones, que con la práctica implican desinhibición y seguridad. "Estar encima de un escenario (aunque no sea literalmente) y conseguir memorizar y representar sus personajes aporta una sensación de autosuficiencia, de que pueden conseguir cosas por sí mismos”. En definitiva, es un modo de superar barreras.

Comunicación

Ya sea de forma gestual, de forma verbal, o adquiriendo agilidad mental mientras trabajan la imaginación… el teatro permite soltar el cuerpo y hacer movimientos que no hacemos en la vida real. Rocío añade: “No es gimnasia, pero muchas clases acaban con todos sudando, porque es una actividad que conlleva mucho ejercicio físico, como practicar cualquier deporte”.

Y en cuanto a la palabra, comunicar en escena implica seguir unas pautas, aprender distintos códigos verbales y no verbales, pausas y gestos, además de aportar mucha más soltura a la hora de expresarse

Memoria y cultura

Sobre todo, el teatro es cultura. Y mientras ensayan y practican las obras están “leyendo” y cultivándose. Conocen historias clásicas y modernas, e interpretan a personajes de la cultura popular, introduciéndose en el estudio de grandes obras literarias de una forma divertida.

Y en cuanto al entreno de la memoria, muchos, especialmente los más pequeños, estudian y memorizan sin darse cuenta: “Ensayamos por repetición, así que ejercitan la cabeza sin siquiera inmutarse. Y, lo mejor, pasándoselo muy bien”.

Valores sociales

Es por todos sabido que el teatro implica trabajo en equipo, pero va más allá: “Mientras uno está en escena, no solo se preocupa por sus líneas, también por las del compañero. Observa a los demás, los entiende y escucha para aprender”

De este modo se trabaja la educación, la empatía, la tolerancia con el otro, al tiempo que se superan complejos y se valoran como iguales. La maestra apostilla especialmente este dato: “En el teatro no hay nada. No hay uniformes ni equipación. No afecta el dinero que uno tenga fuera, ni de dónde viene”. Así, se fomentan unos valores de núcleo y de unidad.

Transversalidad

En definitiva, apunta Rocío, el teatro engloba todo lo que se suele buscar en las actividades extraescolares: aprendizaje memorístico, ejercicio, lenguaje musical, diversión… Muchas obras combinan canto y baile, haciendo que el paquete completo sea como asistir a varias actividades a la vez.

“El teatro fomenta unas habilidades de rutina de trabajo, esfuerzo, memoria y ensayos, que facilitan el aprendizaje en otras áreas, desde lengua hasta matemáticas, pasando por música y literatura. Pero lo hace de una forma nada aburrida, dándole la vuelta y permitiendo aprender de forma diferente. Puedes usar la teatralidad para todo, y una vez te subes al escenario, ya no quieres bajar.”