Detrás de las canciones más bonitas del mundo, de las fotografías más emblemáticas de la historia e, incluso, de la forma en la crecen árboles y flores o el aspecto del caparazón de los caracoles, están las matemáticas; necesarias también para cada cuestión del día a día y es que podría decirse que no hay decisión lógica que no sea un cálculo matemático, ni situación de la actualidad que no pueda explicarse a través de ellas. 

Siendo esto así, ¿por qué no aprovechar la Semana de las Migraciones para analizar las cifras de los desplazamientos en el mundo? De esta forma, el alumnado puede reflexionar sobre la situación y aprender también a interpretar datos y gráficas ¿O por qué no utilizar ejercicios matemáticos para conocer la historia de la mujer en la ciencia? 

Esto último ha sido, precisamente, lo que ha conseguido el colegio Sagrada Familia de Aldán a través de su gincana matemática, en la que han participado estudiantes de los cursos comprendidos entre 2º de Primaria y 4º de la ESO y que este mes de mayo ha celebrado su entrega de premios. 

Gincana de Mujeres Matemáticas del Sagrada Familia. Faro

¡Una gincana en el colegio!

Todo empezó en el marco de un proyecto de la optativa de Cultura Científica de 4º, en el que los escolares investigaron el rol de la mujer en el ámbito STEM y en el que, casi por casualidad, surgió una colaboración con el Departamento de Matemáticas de la UVigo, que envió al centro diez carteles dedicados a figuras históricas como Teano, Hypatia o Carolina Lucrecia Herschel. 

“Para que no se quedase solo en una exposición, decidimos que el alumnado de 4º implicado en el proyecto crease una gincana matemática y que fuesen ellos mismos quienes corrigiesen las pruebas”, completa la historia Beatriz Malvido, profesora de Matemáticas, Física y Química, y Cultura Científica al frente del proyecto.

Tiene claro que esa visión más tradicional de la educación, que trata a cada materia como un compartimento estanco, tenderá a desaparecer. Opina que “la educación tiene que ser un proceso integrado y dinámico, en el que unos campos se enriquezcan con otros” porque, dice, al fin y al cabo, “así es cómo funciona también la vida laboral y personal”. 

“Mira, te pongo un ejemplo: mientras los alumnos de 4º corregían las pruebas de otros cursos en la gincana, me decían: ‘Profe, ¿sabes qué notamos? que tienen poca comprensión lectora’. No me digas que el hecho de que ellos mismos lleguen a esa conclusión no es ya un gran avance”, ilustra así Malvido, que tampoco duda cuando algún chico o chica le pregunta: “Profe, pero ¿esto para qué sirve?”: “Las matemáticas son una parte de nuestra vida y una herramienta fundamental. detrás de todo lo que tenga lógica, de todo lo que sea observable y medible, están ellas; y esto tenemos que saber transmitírselo, hacérselo ver, a los estudiantes”. 

Reconoce en este sentido que, aunque a edades tempranas,la materia sí se ha vuelto mucho más manipulativa, el objetivo puede complicarse en etapas educativas más avanzadas como la ESO, donde muchas de las operaciones del temario se imparten como “herramientas a futuro”. 

“Saquémoslas al pasillo” 

Aún así, parece más que posible acercarlas al alumnado y las claves para lograrlo pasan por “sacarlas del aula y llevarlas a los pasillos, dejar que lleguen a otras asignaturas, en las que puedan ver las infinitas utilidades que tienen; y tratar también de mostrárselas a cada uno a través de sus gustos: música, arte, fenómenos de la naturaleza… ”.  

Como en la propia gincana, en la que los participantes “pudieron aprender historia al mismo tiempo que experimentaron una clase de matemáticas diferente, en el exterior del aula, y donde la actividad física y la lectura también fueron fundamentales”. A mayores, los alumnos encargados de organizar el evento aprendieron a observar el proceso de aprendizaje desde otro punto de vista, con una perspectiva proactiva, y a saber ponerse en el lugar del otro. “Son actividades que merecen mucho la pena”.