La terapia con animales lleva tiempo prestando asistencia a grupos y colectivos con necesidades especiales, pero los centros de educación ordinaria están llenos de niños y niñas que también pueden beneficiarse de este tipo de apoyo. Estas actividades aportan motivación y estimulación, dos conceptos que se han vuelto claves en la enseñanza de hoy en día: “Haciéndose bien, las intervenciones con animales pueden abarcar casi cualquier tipo de colectivo y de objetivos, siempre que vayan acompañadas del profesional de la salud o la educación correspondiente” apunta Iris Vidal, trabajadora en Terapia Contacto.

Ella es psicóloga y profesora de Primaria: “Por eso puedo abarcar tanto intervenciones terapéuticas como educativas”.

Motivación y autoestima como principales pilares

“En muchas ocasiones, lo que observamos en las aulas es una gran desmotivación, por rutina o aburrimiento, después de tantas horas atendiendo”. Los perros rompen notablemente ese día a día, llaman la atención, vuelven la clase o la actividad diferente y divertida… 

Además, en los casos de alumnos de Primaria con problemas de decodificación lectora o numérica que suponen una amenaza para su autoestima, los perros "son unos aliados increíbles".

“En estos casos, nos permiten introducir todo este tipo de actividades básicas, sin suponer una amenaza para su orgullo, ya que planteamos un cambio de rol en el que no es el profesor el que está enseñando al niño, sino que es el niño el que “cuida” del perro, invirtiendo completamente el efecto y reforzando su autoestima en lugar de dañarla, trabajando exactamente los mismos procesos, pero de maneras diferentes”.

Otra forma de enseñar empatía Iris Vidal

Y es que, en una época en la que los niños están mucho más sensibilizados con los animales, su participación en las clases está a la orden del día. “En el caso de los colegios, podríamos abarcar desde intervenciones a nivel curricular en cualquier rango de edad (en el Clunny estuvimos un trimestre dando clase de matemáticas en 3º de Primaria), talleres puntuales, actividades extraescolares…”.

Cada vez son más los centros que se animan a probar este tipo de intervenciones y que están viendo resultados y beneficios en el aprendizaje y las relaciones. Un ejemplo es el colegio San Salvador de Teis, que durante el mes de abril ha estado recogiendo útiles y alimentos para la Protectora de Vigo, con visita de los alumnos para ver cómo es el día a día cuidando de los animales.

Otra forma de enseñar empatía

Para Iris, incluirlos en el currículum, sea de la forma que sea “es una oportunidad de enseñar a los peques respeto y empatía, siempre que primemos que se trata de un ser vivo con unas necesidades, no de una mascota o un juguete. Ojalá se pueda ver en un futuro una asignatura específica relacionada con la educación canina, creo que ganaríamos empatía, valores y un sin fin de cosas más como sociedad”.