Turning Red, la última película de Pixar, se ha convertido en el estreno número 1 de Disney + hasta la fecha y todo el mundo está hablando de ella. No, o no sólo, porque muestre un paquete de compresas en una de sus escenas, sino porque se atreve a abrir el melón de la transición de la niñez a la adolescencia y a abordar temas como los cambios en las relaciones familiares, la búsqueda de la independencia, las primeros impulsos eróticos o las implicaciones de la llegada de la primera regla, además de la visión de la amistad como ese refugio que todo lo puede. 

“Los contenidos que visibilicen la sororidad, la gestión de las emociones y la existencia de la menstruación son fundamentales para acabar con el tabú que existe en torno a la regla”, responden en esta línea la psicóloga sanitaria y sexóloga Lucía Álvarez López y la educadora social y sexóloga Sabela Maceira Mato, parte del equipo del Centro de Sexología ‘Con mucho gusto!’ de Santiago. Ambas han impartido obradoiros de Educación Sexual en distintos centros gallegos como los IES A Guía y República Oriental do Uruguai o el Colegio Divino Salvador de Vigo, donde pudieron charlar con los escolares de 6º Primaria. “Tanto el alumnado como el personal docente del centro se quedó alucinado, encantado, fue increíble la forma en la que supieron conectar con ellos”, cuenta Javier Estévez, maestro del centro y tutor de 4º de Primaria sobre el encuentro. 

En este tipo de talleres, las expertas responden a las preguntas de los estudiantes. Algunas como ‘¿se puede evitar tener la regla?’ denotan que la menstruación continúa asociándose a veces a una realidad negativa que nos remite al secretismo en aulas u otros espacios públicos en los que, ¿os acordáis?, compresas y tampones pasaban de unas manos a otras a escondidas, casi como si fuesen bienes de contrabando. “Tenemos que ofrecer una visión positiva y no solo ‘de puertas para dentro’. Es hora de poder hablar de la regla en cualquier espacio. Visibilizarla como un síntoma de salud, dar a conocer el ciclo menstrual, hablar de autocuidado y entender mejor qué pasa en nuestro cuerpo o en el de otras personas es fundamental para que vivamos y nos relacionemos mejor”, coinciden ambas expertas, para quienes resulta esencial hablar de la regla “con todas las personas” — y esto implica a las que vayan a menstruar y a las que no— por que, insisten, conocer qué es y naturalizar el proceso “es parte del cambio necesario para romper con los prejuicios existentes”. 

Imagen del libro 'La regla mola' Montena

Claves vs el “tsunami” de ruido

Si la edad media de la llegada de la menarquía (primera regla) se sitúa en el entorno de los 12-13 años, la de la primera relación sexual apunta a los 16 y, ojo al dato, son varios los estudios que señalan a los 8 en el caso del primer acceso a la pornografía entre menores. “Las actitudes y hábitos de la juventud española respecto a la sexualidad apuntan a una iniciación sexual cada vez más temprana y alertan del recurso a la pornografía como escuela de sexualidad”, concluye el Informe Juventud en España 2020, elaborado por el Observatorio del Injuve, por lo que sí: es probable que ya vayamos tarde. 

Lucía Álvarez López, psicóloga sanitaria y sexóloga Cedida - Con mucho gusto!

Lucía Álvarez:
“La educación sexual empieza desde que nacemos, a través 
de los afectos 
y los cuidados”

“La educación sexual empieza desde que nacemos, a través de los afectos y los cuidados y es importante tener en cuenta que es imposible no hacer educación sexual y que, por lo tanto, lo que tenemos que decidir es qué tipo de educación sexual queremos hacer”, comentan en este sentido Sabela y Lucía. 

Les preguntamos entonces por dónde empezar, cómo conectar con ellos. ¿Creemos con razón los adultos que los niños de hoy en día saben más sobre este tipo de temas que nosotros?: “Eso es muy relativo, ¿qué tienen acceso a mucha más información de la que teníamos antes a su edad? indudablemente; pero: ¿se trata de información adaptada a su edad?, ¿está verificada? Lo ideal sería que tuviesen esa educación desde sus figuras adultas de referencia”, responden antes de describir cómo, en cambio, lo que reciben es una especie de “tsunami que llega sin ningún tipo de filtro o herramienta para poder diferenciar la información apropiada de aquella que no lo es”. En esta línea, aconsejan: 

1) Lo principal es que demos espacio para que las personas menores puedan hacer preguntas, un espacio de seguridad en el que puedan venir a resolver sus dudas, y es posible que las familias o el profesorado no tengan todas las respuestas.

2)Además de esto, es importante tener en cuenta que debemos hablar de sexualidad aunque no pregunten, igual que les ofrecemos otro tipo de conocimientos y herramientas en otros ámbitos. 

3)Para conectar con ellos, una herramienta genial es la naturalidad, el mostrarnos tal y como somos. Incluso, a veces, reconocer que podemos sentir vergüenza en determinadas ocasiones u otras emociones que puedan aflorar, normalizando el hablar sobre sexualidad. No necesitamos respuestas súper complejas y técnicas, sino respuestas que les hagan sentir que sus dudas importan y que hay el espacio para que sean atendidas. 

Sabela Maceira Mato, educadora social y sexóloga. Cedida - Con mucho gusto!

Sabela Maceira:“¿Qué ahora tienen acceso a mucha más información? Sin duda; pero: ¿está verificada? ¿ y adaptada a su edad?

Un cambio de modelo en positivo 

Paula Fernández Rico, coordinadora de los centros de información y asesoramiento a la juventud gallega Quérote+, cuyas profesionales colaboran regularmente con centros escolares en sexualidad y convivencia, cree que Turning Red va mucho más allá de la regla: “Habla de la pubertad, de la gestión emocional, de convivir con sentimientos negativos; de cómo crecer, en definitiva”. 

May Lee, la protagonista de la película, tiene 13 años cuando se encuentra con sus primeros deseos eróticos, que son, de algún modo, censurados por su madre. Paula imparte sus obradoiros en 3º de la ESO y tiene claro que hay que cambiar el modelo a la hora de abordarlo: “Toca hablar en positivo, ofrecer alternativas de buen uso, dar información y dejar de lado el modelo punitivo de ‘no hagáis esto’ o ‘no hagáis aquello otro’, porque, además, los chicos y chicas vienen ya de muchas restricciones con la pandemia. Hay que ayudarles a gestionar la responsabilidad afectiva y el deseo, sin miedo y sin prohibírselo, por supuesto”. 

Paula Fernández Rico, coordinadora de los centros de información y asesoramiento a la juventud gallega Quérote+ Cedida

Paula Fernández:“Hay que ayudarles a gestionar la responsabilidad afectiva y el deseo, sin miedo y sin prohibírselo”

Y todo esto porque, además, si no lo hace la comunidad educativa y las familias, lo harán otros: “Cuando pregunto en clase si han visto películas de ámbito pornográfico, casi todos señalan a la etapa de Primaria como el primer contacto y, aunque hay de todo, en este tipo de contenidos predomina un bombardeo tóxico que hipersexualiza y genera falsas expectativas; y que les influye, claro, como a los adultos”. 

Por supuesto, matiza Paula Fernández Rico, es importante adaptarse a cada edad: “La educación sexual entendida de forma global implica tu identidad como persona, la gestión emocional, la educación de género… Y son muchos los temas de este ámbito que tenemos que tratar antes de llegar a Educación Secundaria: “Respetar tu cuerpo y el de los demás es algo que no vas a aprender con 15 años, eso tienes que interiorizarlo con 6”. En esta línea y con respecto al consentimiento entre los adolescentes, la experta se muestra preocupada: “Tienen la información y la entienden, pero veo ciertas actitudes que patinan más que hace diez años. Esto no puede recaer solo en los centros escolares, la empatía, el cuidado, el respeto y el deseo como algo compartido es algo que tiene que inculcarse también desde casa y a nivel social”, dice Rico que, al ser preguntada por métodos anticonceptivos y ETS, aclara que lo primero es llamarle métodos de protección en aras de la diversidad porque, desarrolla con razón, “no todas las relaciones son conceptivas” y de lo que se trata aquí es de hablar de la forma más global posible para que todos se sientan incluidos. En Quérote máis, no se centran tanto en los métodos y enfermedades existentes, “para eso tienen a Google”, como en las actitudes.  

La diversidad como valor 

Al hilo: “¿Por qué los adultos hablan con nosotros dando por hecho que somos heterosexuales?” es otra de las preguntas que han surgido en el curso de los talleres de Lucía y Sabela.

En este sentido, una de las claves que las expertas de Con mucho gusto! no quieren dejar pasar por alto es la importancia de “mostrar referentes diversos y ejemplos inclusivos, donde las personas con diversidad sexual también puedan sentirse representadas e incluídas”. Reconocen que, cada vez, encuentran en las aulas más conocimiento sobre identidad de género y orientación sexual y que, en ese sentido, se siente ya un gran cambio generacional, pero opinan que aún sigue habiendo muchos estereotipos. Para romperlos, recomiendan: 

1) Resaltar la diversidad como un valor que nos enriquece

2)Evitar comentarios despectivos y trasladar siempre mensajes positivos

3) Aprovechar lo cotidiano, el día a día, para ir dejando pinceladas de buenos tratos y respeto, para poder pintar de más colores el panorama que a veces vemos tan gris. 

Material de apoyo por temática y edad

  • El libro ‘¡La regla mola!’, de Anna Salvia y Cristina Torrón, editada por Montena y recomendado para edades de entre 10 y 12 años, ayuda a entender mucho mejor el ciclo menstrual con un lenguaje sencillo y adaptado.
  • El libro ‘Sexo es una palabra divertida’, de Cory Silverberg y Fiona Smith y editado por Bellaterra, para niños y niñas a partir de 7 años, apuesta por el formato cómic para hablar de diversidad sexual. Sencillo, fresco e inclusivo.
  • La serie Sex Education, disponible en Netflix y no apta para menores de 16, puede aportar a los adolescentes nuevos referentes inclusivos, con la diversidad, el buen trato o la empatía como valores.