Son las familias, normalmente, las que proponen a maestros y profesores para estos premios, proponen a los candidatos a “Mejor Docente de España”, distinción que cada año organiza Educa Abanca. Ocurre sobre todo en Infantil, Primaria y Secundaria. Tiene que ser otro el que te nomine. Y_cuando un grupo de padres se pone de acuerdo para destacar el papel de un docente, suele ser maravilloso: “el mejor premio”, como coinciden en afirmar profesores/as nominados. En esta edición son cinco gallegos: Jéssica Rodríguez Piñeiro, maestra, natural de Redondela, Carmen Quinteiro Moreno, del CEIP A Xunqueira de Pontevedra, Carlos Encisa de Sá, director del IES Antonio Fraguas, de Santiago, Patricia García Figueroa, del Centro de Estudios Trazos, también de Redondela y, en profesores universitarios, Alexandre Sotelino, que imparte clase en la Universidade de Santiago (USC).

Jéssica Rodríguez en una clase al aire libre.

Jessica Rodríguez, docente gallega de 29 años, es una de las finalistas a los premios a ‘Mejor Docente de España 2021’ en la categoría de Educación Primaria. Imparte clase en la actualidad en el CEIP de Cedeira, de Redondela. El año pasado estaba en el CEIP Doutor Suárez, en Fornelos de Montes. Ella es natural de Redondela y actualmente reside en Pazos de Borbén.

Lleva 7 años como docente en la escuela pública, especializada en Educación Primaria. No se esperaba ser nominada: “cuando realizas tu trabajo con entusiasmo y entrega, el premio en sí es la emoción que se genera en los niños y niñas”, comenta Jessica Rodríguez. Ser finalista a este premio es para Jessica “una satisfacción”.

Rodríguez cree que lo que hace especial su docencia es que intenta ponerse en el lugar de los pequeños y pequeñas. “Intento mirar siempre con ojos de niños y niñas. Me pongo en su lugar e intento detectar cuáles son sus necesidades y en qué puedo ayudarles a dar lo mejor de sí mismos”, comenta Rodríguez. También es importante la implicación de las familias. “Con los niños y niñas desarrollo estrategias que les permitan entender el mundo en que viven y cómo pueden transformarlo. Realizamos docencia en el exterior, aulas en la naturaleza que les permitan el contacto directo con el entorno. El juego es parte esencial en nuestra aula, así como la experimentación y el trabajo colaborativo”, describe la maestra, que en la actualidad estudia un máster de innovación e investigación educativa. “Me gustaría realizar un doctorado para seguir adquiriendo conocimientos que repercutan positivamente en el alumnado”, afirma.

Patricia García en su centro de estudios.

Cada verano Patricia García busca un tema y convierte sus clases en auténticos escenarios de película, de programa de televisión, de cuentos, de series... La creatividad es su principal herramienta para que acudan contentos, motivados, con ganas de aprender... Y acuden, además, haciéndose muchas preguntas porque la propia Patricia se encarga de ir dejando pistas y alimentando el misterio antes de que los pequeños descubran la atmósfera de colores y la temática en la que van a aprender cada vez que la maestra diseña alguna de estas metamorfosis para su centro de estudios.

“Esto lo hago principalmente en verano. Digamos que las clases dejan de ser clases ordinarias y se convierten en clases temáticas. Evidentemente, yo persigo unos objetivos didácticos con el alumnado, que previamente diseño en cada uno de estos proyectos temáticos. Algunos de los últimos han sido una ambientación basada en Piratas del Caribe, el programa Supervivientes o Harry Potter”, cuenta Patricia, esta docente de Redondela, de 31 años.

Patricia tiene su propio centro de estudios, que se llama Trazos. Su trabajo se centra en clases de apoyo (extraescolares) para alumnado que necesita un refuerzo. Es maestra de Infantil-Primaria y psicopedagoga. Y le encanta dar clases a escolares “que normalmente se sienten como en el furgón de cola”. “Me gusta ayudarles, servirles de guía, trabajar con ellos en lo que necesitan. Trabajar también con las familias, que muchas veces se desesperan porque no ven avances. Y realmente es un trabajo a largo plazo. Y tiene mucho de motivación, de ayudarles a que sigan, a que no tiren la toalla. Normalmente son estudiantes con dificultades, algunos con diagnósticos concretos, otros no pero que necesitan un refuerzo. Yo estoy en contacto con los centros educativos en los que estudian y eso es muy bueno para la orientación de los chavales.