Es muy importante trabajar el tema del autoconcepto y la autoestima con los más pequeños. Muchas veces nos cuesta definirnos, incluso nos cuesta saber lo que nos gusta o nos cuesta ver cómo somos. Es posible incluso que cuando alguien nos define no nos reconozcamos en los adjetivos que utiliza esa persona para referirse a nosotros. Y eso puede pasarnos incluso cuando somos mayores si no trabajamos ciertos temas previamente. Por eso es tan importante trabajar la autoestima y el autoconcepto desde pequeños. A_mí me gusta hacerlo con mi alumnado.

Soy maestra en el CEIP (Centro de Educación Infantil y Primaria) Altamar. Me refiero, en este caso, a alumnos y alumnas de siete años. El otro día practicamos la actividad del espejo. “Espejito, espejito, ¿quién es la mejor persona?”. Ellos tienen que describirse a sí mismos, expresar cómo son, las cualidades positivas y las cosas que les gustan, lo que les gusta hacer en sus ratos libres.

A mí estas actividades me parecen muy interesantes. Muchas veces no nos damos cuenta de que ellos no saben qué cualidades positivas tienen. Muchas veces nosotros, como padres, como madres, como educadores, nos enfocamos en lo que hacen mal. Centramos siempre nuestra atención y nuestro discurso en lo que hacen mal, en lo que deben mejorar. Que tienen que hacer mejor esto o aquello, que tienen que esforzarse más en esto... Nos pasa a docentes pero también a las familias. Incluso los padres, cuando vienen a una tutoría, lo que esperan es que describas los aspectos negativos de su hijo. Eso es lo que esperan oír. A lo que están acostumbrados, supongo. Y si le empiezas a describir los aspectos positivos, se quedan un poco sorprendidos. Eso ocurre.

Para los pequeños es muy difícil focalizarse en los aspectos positivos. Pero es que también lo es para nosotros, para los mayores. Pero bueno, cuando son pequeños, ellos no se paran habitualmente a pensar: ¿qué cosas buenas tengo yo? ¿en qué destaco? ¿qué me motiva? ¿qué es lo que me gusta hacer? ¿qué es con lo que más disfruto? Pues este tipo de actividades, como la actividad del espejo, permiten que los más pequeños/as se paren a pensar en estas cosas.

Ellos y ellas destacan ciertas cualidades de sí mismos. Después se pone en común con el resto de la clase. Y ahí es donde se pueden ver, en muchas ocasiones, las diferencias que puede haber entre lo que cada niño/a piensa de sí mismo y lo que piensan los demás. Muchas veces coinciden, pero en otras ocasiones no.

Es una actividad fundamental porque contribuye a construir su autoconcepto, su autoestima. A mí me parece un tema básico. Y, en muchas ocasiones, nos centramos tanto en lo curricular que nos olvidamos de la práctica y la definición de estas habilidades que son básicas e importantes para la vida.

¿Casos que pueden darse? Pues niños que tienen un autoconcepto muy pobre y la autoestima baja. Por ejemplo, un niño tímido y callado, él se describe así y se siente apartado e incluso ignorado por el grupo. Me llamó la atención que el resto de compañeros lo perciben tímido y retraído pero sin embargo lo aceptan y lo quieren un montón. No coincide la imagen que tienen sus compañeros de él con la que él cree que tienen. Es más, sus compañeros le ven muchas cualidades positivas. Cuando los compañeros iban compartiendo en voz alta sus cualidades él se notaba que estaba como sorprendido y, a la vez, orgulloso. Este tipo de situaciones son buenas. Y_ayudan a todos y a todas.

Además, cuando conoces lo que el niño piensa de sí mismo conoces también cómo funciona con el grupo, cómo se siente... Empatizas más con él o ella y le puedes ayudar. Cuando se siente desmotivado, por ejemplo. El juego del “Espejo, espejito” es ideal para practicar este tipo de temas.

El efecto Pigmalión: las expectativas y el rendimiento

El efecto Pigmalión es un término que se utiliza en psicología para referirse al fenómeno por el cual las expectativas y las creencias que posee una persona influyen directamente en las conductas, en el rendimiento y en los resultados de otra, bien sea de manera positiva, produciendo un alto rendimiento, o por el contrario, reduciendo sus capacidades y desarrollo si la percepción que se tiene sobre él es negativa.

Esto es muy importante en el ámbito familiar también, en la relación entre padres e hijos. Si tú te centras en las cosas positivas que tiene tu hijo al final vas a estar fomentando que él también se centre en eso, se desarrolle, potencie esas capacidades y destaque más en eso. También puede ocurrir lo contrario, si le dices que es vago, y se lo repites, que suele pasar, al final se acaba creyendo que lo es. Por eso es tan importante enfocar bien este tema en el desarrollo y crecimiento de los pequeños. Hablar con ellos y ellas. Decirles lo que esperamos de ellos y centrarnos en la parte positiva. Creo que todo este tema también está vinculado al ámbito de la orientación, ya cuando son más mayores. No es raro llegar a Bachillerato y encontrarnos con chavales que no saben decir lo que se les da bien. Pensar en estas cosas desde pequeños puede ayudar.

Uno de los dibujos de la actividad.