¿Sabes para qué sirve un superordenador? Puede que aún no lo sepas pero tú, en tu día a día, haces uso de información producida utilizando superordenadores. Y a partir de ella tomas decisiones. Por ejemplo, seguro que todas las mañanas, antes de salir de casa, te preguntas: ¿Qué chupa me pongo? ¿Podré llevar unos tenis o necesitaré botas de agua? Para responder a estas y a otras preguntas fundamentales en la vida, antes te has hecho otra o has buscado información sobre ello: ¿qué día dan para hoy? Posiblemente hayas mirado en internet la predicción meteorológica del día.

Predicción meteorológica

Para elaborar esas predicciones, servicios meteorológicos como MeteoGalicia utilizan hoy superordenadores como el FinisTerrae, alojado en el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), en Santiago. Para producir esas predicciones que sirven, entre otras cosas, para que cada uno tome decisiones y pueda prever lo que va a pasar (si eliges ponerte botas o salir en chanclas, por ejemplo), se contruyen modelos matemáticos utilizando las ecuaciones que describen el comportamiento de fluidos en la atmósfera.

Un modelo matemático... difícil concepto

Pongamos un ejemplo que nos puede dar una idea: cuando se estaba construyendo la cúpula de una Iglesia Barroca aquí en Galicia, a los ‘canteiros’ que trabajaban para levantarla se les vino abajo en dos ocasiones. Cuentan que un aprendiz de ‘canteiro’, muy espabilado, salió un momento al mercado compró unas patatas y dándoles forma explicó a los demás cómo deberían estar colocadas, una especie de modelo de ingeniería (de modo muy simple).

Pero sigamos con la predicción meteorológica. Se usan los superordenadores para correr simulaciones del comportamiento de la atmósfera en las siguientes horas. Así, arrancan los modelos, comienzan a resolver las ecuaciones, a cuyas variables han dado un valor inicial, utilizando infinidad de datos provenientes de satélites, de radares, de boyas oceanográficas cargadas de sensores, de la red de estaciones meteorológicas repartidas por el territorio... Todo ello combinado, con unos cálculos muy potentes en esa máquina llamada superordenador que ocupa paredes enteras, permite saber el tiempo que va a hacer. Y la previsión en los próximos días, meses...

El superordenador Finis Terrae (CESGA).

¿Y que es un superordenador? ¿Si el ordenador es gigante, también tiene un ratón gigante?

Algún niño lo preguntó alguna vez: si el ordenador es tan grande tendrá una pantalla gigante y un ratón también gigante.... La estructura de este tipo de ordenadores es otra. Son como armarios que ocupan paredes enteras. En ellos se almacenan un número muy elevado de datos. Es altísimo el número de operaciones que tienen que resolver, así como la cantidad de datos que utilizan y que la simulación genera según va resolviendo ecuaciones. Los superordenadores están construidos de modo que quien los usa puede poner a trabajar sobre un mismo problema a un conjunto muy grande de procesadores que hablan entre ellos con mucha fluidez y que además comparten información almacenada en una memoria común de modo muy ágil. Todos los seres humanos compartimos algunas necesidades básicas derivadas de nuestra pobre capacidad para tolerar la ambigüedad, para convivir con la incertidumbre. Constantemente nos sentimos compelidos a reducir el grado de incerteza. Así, nos vemos confrontados a la permanente necesidad de comprender mejor los problemas a los que nos enfrentamos, de entender íntimamente el entorno en el que vivimos y la necesidad de predecir cómo se van a comportar los objetos y sistemas que observamos. Cuando se prueba un nuevo coche, por ejemplo, en automoción, se tiran uno o dos a la pared para ver cómo reaccionarían a un choque y corregir fallos, mejorar la seguridad. Físicamente solo se puede tirar uno, o dos, pero a través del superordenador es como si estuvieras tirando millones de coches y así calculas mejor lo que hay que cambiar. Y no, el Finis Terrae no tiene un ratón gigante.

Esta sección de 'Ciencia para o día a día' elabórase coa colaboración de científicos/as e centros de investigación do Consello Superior de Investigacións Científicas (CSIC) a través da Unidade de Cultura Científica CSIC-Galicia